Los kiwis son una clase de baya comestible del tamaño de un huevo de gallina. Cuenta con una piel con pelitos que rodea a una fruta de color verde y semillas negras con un centro blanco o beig de tacto cremoso. El sabor del kiwi es ligeramente dulce y picante con una textura muy cremosa. Está disponible durante todo el año en la mayoría de los supermercados, y hoy vamos a conocer el porqué es bueno tomarlos con frecuencia.
Fibra
Si cortásemos varios kiwis y metiéramos las rodajas en un vaso, ese volumen de producto nos aportaría unos 5 gramos de fibra. El Instituto Nacional de Medicina recomienda que la mayoría de las mujeres adultas consuman al menos 25 gramos de fibra y los hombres 38 gramos cada día. La fibra puede ayudar a sentirnos más llenos, manteniendo al sistema digestivo en marcha de manera apropiada y podría, además, ayudar a reducir los niveles de colesterol.
Vitaminas
En un vaso de kiwi (como hemos indicado antes) podremos encontrarnos cerca del 270% de la vitamina C diaria recomendada. Esta vitamina actúa como antioxidante, liberando los radicales libres en nuestro cuerpo para prevenir enfermedades. Esta vitamina también es esencial para la formación y reparación de tejidos, especialmente cartílagos, vasos sanguíneos, tendones y piel. La vitamina K evita la coagulación de la sangre y ayuda a la absorción de la vitamina D. El kiwi también nos proporciona el 13% de vitamina E diaria y el 11% de folato.
La mejor noticias para todos a los que les encanta el kiwi (entre los que me incluyo) es que esta fruta puede ser servida con una gran variedad de platos: desde ensaladas, tartas, cereales, hasta tomarla en una macedonia junto a otras frutas. Un batido o zumo verde tan saludable por las mañanas, podría ser una de las mejores recetas que se puedan hacer con kiwis.