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Reacción negativa frente a sonidos podría ser por una conexión anormal en el cerebro

Hay sonidos que resultan molestos para cualquiera que los escuche, como el chirrido que emite las uñas contra una pizarra, el claxon de un carro o el llanto de un bebé. Sin embargo, hay otros que tienen un efecto exagerado sobre algunas personas, como el ruido que hacen al masticar, el silbido, el goteo de un grifo, etcétera. Así que si tienes una reacción anormal hostil ante este tipo de estímulos, lo más probable es que sea una mala conexión en el cerebro.

Poca tolerancia al sonido

La misofonía significa “odio al sonido” del griego, misos-aversión y fone-sonido. Aunque también recibe el nombre del Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido. Este trastorno se caracteriza por la falta de tolerancia hacia una serie de sonidos cotidianos, que suelen provocar pánico, ira, ansiedad. Se cree que entre el 5 y el 20% de la población vive con cierto tipo de misofonía.

Un equipo de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, reunió a 75 personas y analizó mediante escáneres cerebrales cómo reaccionan ante diferentes sonidos. En un primer momento se observó el cerebro de los pacientes en silencio y luego con sonidos típicos desencadenantes de misofonía, sonidos abiertamente desagradables para todos y sonidos neutrales.

Después del experimento, los investigadores llegaron a la conclusión de que este tipo de trastorno tiene su origen en una conexión cerebral que va de la corteza auditiva del cerebro hasta la corteza motora orofacial (parte del cerebro que controla el movimiento de la cara, garganta y boca). Lo que indica el estudio es que existe una comunicación anormal entre las regiones auditivas y motoras del cerebro, lo que podría describirse como una conexión súper sensibilizada. Esto provoca una sensación tan incómoda, ya que se siente como una intrusión en el cerebro.

Cuando se analizaron los resultados, los científicos de la Universidad de Newcastle se dieron cuenta de algo muy curioso. Y es que también encontraron un patrón similar de comunicación entre la corteza motora y la corteza visual. Esto quiere decir que la misofonía también puede desencadenarse por un estímulo visual.

En conclusión, este descubrimiento nos lleva a pensar que esta comunicación activa nos ayuda a procesar los movimientos realizados por otras personas activando el cerebro de manera similar, como si estuviésemos haciendo ese movimiento nosotros mismos.

Imagen: perfil

Última actualización: 26/09/2022 a las 12:03

Erika

Licenciada en gastronomía por profesión y cocinera experimental por vocación. Con un estilo de vida saludable y responsable que va de la alimentación sana y el entrenamiento constante. Perfil de Linkedin

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