Decidir cuándo hacer ejercicio después de haber tenido síntomas de un dolor estomacal puede depender de varios factores, incluyendo la gravedad de la enfermedad y su duración. Lo importante es descansar y mantener la actividad física al mínimo, ya que el malestar no siempre se puede tolerar.
Dolor de estómago
El dolor de estómago puede ser a causa de una infección con síntomas como diarrea, vómito y dolor de estómago. Otros síntomas pueden ser dolor de cabeza, dolor de cuerpo, fiebre, resfriado y náuseas.
Al tratamiento, los expertos recomiendan beber mucho líquido para evitar la pérdida de líquidos por vómito y diarrea. Y aunque no existe un medicamento específico que trate la enfermedad. Las personas mejoran sin el tratamiento médico en un par de días.
Si hay presencia de vómito, habría que esperar al menos un par de horas para que el estómago se calme. Lo ideal es tomar dos cucharaditas de líquido, es decir, agua con suero oral cada 20 minutos mientras aumenta la cantidad. Ahora bien, si presentas diarrea, ten en cuenta que el riesgo de deshidratación es elevado, por lo que habría que asegurar el beber líquidos claros, evitando alimentos y zumos grasosos y picantes, ya que el azúcar empeora la diarrea.
Ejercicio con dolor de estómago
Cuando superas la enfermedad, una de las cosas más importantes que puede hacer tu cuerpo es descansar. Al descansar, estamos dejando que el sistema inmune funcione a máxima capacidad. Así que es primordial que sea fácil, tanto física como mentalmente mantener bajos los niveles de estrés.
Por ello, lo ideal es darle un descanso a la rutina de entrenamiento mientras te recuperas de la enfermedad. En general, los expertos no están de acuerdo sobre los efectos del ejercicio al estar enfermo, ya que se ha descubierto que la energía utilizada durante el ejercicio puede debilitar el sistema inmunológico y hacer que la enfermedad continúe por un período prolongado.
Aunque el deporte puede exacerbar los síntomas estomacales cuando se realiza durante la enfermedad o durante la recuperación, también ayuda a prevenir otras enfermedades cuando se realiza con regularidad. Puedes cuidar el sistema inmune al comer bien, dormir lo necesario, controlar el estrés y hacer ejercicio.
Por el contrario, demasiado ejercicio resulta perjudicial para el sistema inmune. Investigadores recomiendan empezar con un programa de volumen de intensidad de bajo a moderado. Luego avanzar en los volúmenes y las cargas de entrenamiento. Las cargas de entrenamiento excesivas pueden conducir a enfermedades o lesiones.
En conclusión, siempre es importante realizar ejercicio para mantenernos saludables en la medida de lo posible. Pero si hemos enfermado, lo mejor es escuchar a nuestro cuerpo y brindarle la calma necesaria para recuperarse por completo.
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