Para muchos ciclistas, el compaginar el entrenamiento y la competición realmente resulta complicado. La fatiga y el cansancio que generan las actividades diarias y la rutina junto con las cargas del propio entrenamiento son de los principales motivos de la aparición del sobreentrenamiento. Un verdadero problema para los que caen en él y aparentemente no encuentran respuesta a su bajo rendimiento deportivo.
Exceso de entrenamiento
El sobreentrenamiento como su nombre lo indica, es un exceso de entrenamiento. Un estado físico producido por el exceso de actividad física o por la incapacidad de asimilar las cargas de entrenamiento. Este puede afectar a los deportistas, pero es más común en deportes de resistencia como el triatlón, el atletismo o el ciclismo, en donde se exige al máximo del organismo durante cierto período de tiempo.
El entrenamiento se supone una tarea muy fácil. Los síntomas son visibles y evidentes, pero llegado a ese punto, es importante diferenciar entre fatiga y sobreentrenamiento. En ocasiones puede parecer lo mismo y hasta llegar a confundirse, sobre todo cuando la fatiga es extrema y duradera. La línea que separa la fatiga o el cansancio y el sobreentrenamiento es muy fina.
La principal causa del sobreentrenamiento es un exceso de actividad física o falta de descanso. Los síntomas que alertan de una situación peligrosa son:
- Debilidad física y falta de energía
- Sensación de fatiga permanente
- Dolor muscular intenso o leve
- Cansancio extremo
- Malestar en general
- Dolor de cabeza
- Pulsaciones muy bajas
- Dificultad por dormir
- Mal humor o irritabilidad
- Caída del rendimiento
En el caso de ciclismo, la fatiga y el cansancio no tiene por qué preocuparnos demasiado, ya que forman parte del día a día de dicho deporte. Por ello, es importante ponernos en manos de un entrenador profesional que se encarga de controlar y regular las cargas del entrenamiento para evitar esa sensación de fatiga que termina en un fatal sobreentrenamiento.
Cómo te puedes dar cuenta, en cualquier deporte es primordial buscar el equilibrio al seguir buenos hábitos como dormir lo necesario, llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable, escuchar al cuerpo y realizar pruebas de esfuerzo cada cierto tiempo.
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