El practicar ejercicio y pecar de un exceso puede ser una muy mala decisión. Aunque el deporte traiga un estilo de vida saludable, el sobrepasarte con el entrenamiento te puede causar un malestar físico y emocional. Tan es así que el cuerpo empezará a reclamar y, estás son algunas señales que deberás atender.
Dolor muscular
Temblores incontrolables tras las sesiones de cardio o pesas pueden ser los estragos de los inicios al entrar al gym. Así que este episodio es totalmente habitual, pero raro es que tras semanas de ejercicio sientas los músculos inflamados, dolor y cosquilleo. El seguir entrenando en este estado, te expondrá a lesiones y te va a impedir llegar a los objetivos.
Pulsaciones descontroladas
Los cambios de frecuencia cardíaca así como una baja de pulsaciones en los momentos de recuperación tras el ejercicio, son una señal de que el cuerpo está pidiendo bajar el ritmo al que lo estás sometiendo.
Presencia de enfermedades
La falta de sueño, la mala alimentación y el nerviosismo pueden alterar el sistema inmunitario, lo cual te expone a una baja de defensas. Por lo que es probable que te resfríes y te enfermes con frecuencia. Así que este signo es determinante para advertir que precisas poner un freno a estar en forma y descansar lo necesario.
Fatiga excesiva
No existen ejercicios que aporten placer. Tras el esfuerzo, es normal tener cansancio que se imponga. El problema es que siempre te ejercites con una fatiga crónica. Así que no hay necesidad de ir al gym todo cansado, ya que terminaras abandonando todo entrenamiento. Recuerda que la prioridad, es garantizar un buen descanso.
Concentración baja
La falta de horas de sueño y el cansancio acumulado impiden mantener la atención en cualquier actividad. Esto va a causar irritabilidad, por lo que el resultado será peor. El ejercicio, el rendimiento y la concentración van de la mano. Así que cuanto uno está más concentrado en el deporte, mayor será la motivación y, por ende, un buen resultado.
Recuerda que los buenos resultados tras los entrenamientos no significa poner el cuerpo al límite. Todo lleva su tiempo, si lo haces de forma correcta. Así que no vale la pena precipitarse.