Aunque suene raro, la adicción al deporte existe. Son personas que están dispuestas a arriesgarse aún perjudicando su salud con tal de tener una dosis extra de actividad física. Y aunque se trata de una enfermedad poco frecuente, resulta grave. Y es que no realizan deportes por placer ni lo disfrutan, sino que responde a una adicción. Se cree que les irá mal si no llevan a cabo la actividad física. La pérdida de control, es justamente un síntoma de la adicción. Un trastorno que va teniendo mayor repercusión en la sociedad.
Adicción del deporte
La adicción del deporte también se le ha denominado dismorfia muscular, complejo de Adonis, anorexia inversa o vigorexia, si la obsesión consiste en conseguir un cuerpo musculoso. Y aunque no esté reconocido como una enfermedad psicológica por la comunidad médica internacional, la persona manifiesta una preocupación obsesiva por su figura y una distorsión del esquema corporal.
Las personas con este trastorno padecen dismorfia corporal, lo que las lleva a percibirse sin masa muscular, débil y muy delgada, una imagen de sí misma muy diferente, sintiendo un total rechazo por el cuerpo. A consecuencia de esta gran distorsión, la persona se obsesiona realizando ejercicio físico durante 4 o 5 horas diarias y con un control de alimentación muy estricto. Su máxima preocupación es el desarrollo muscular del cuerpo, siempre viéndose débiles y nada atractivos.
Los afectados por la adicción al deporte suelen perder un círculo social y el empleo, ya que solo les interesa hacer deporte. Cuando no pueden ejecutarlo, sienten abstinencia, están irritables, tienen alteraciones en el sueño o estados depresivos. A veces como la gente se enfoca al deporte después de una fuerte crisis como la muerte de un familiar, lo ve como un hábito positivo que termina en adicción. La adicción suele afectar a personas con poco amor propio y perfeccionistas. Sin embargo, de todas las personas que practican deporte, la adicción afecta a un porcentaje muy bajo.
Los casos más extremos son considerados adicciones primarias. En el caso de adicciones secundarias, estas son consecuencia de otra enfermedad de fondo que tienen que ver con una percepción equivocada el cuerpo y en especial trastornos de la alimentación como la bulimia y la anorexia. En estos casos, las personas hacen deporte para quemar calorías y bajar de peso. Los especialistas aconsejan que si una persona desarrolló una adicción al deporte debe iniciar terapia cuanto antes para que el deporte no sea el centro de su vida.
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