Con la llegada del frío, los pulmones pueden estar susceptibles a ello y presentar problemas. Sin embargo, puedes ejercitar este órgano para que esté fuerte y, con ello, poder prevenir o minimizar enfermedades a la vez que mejora la respiración. Así que echa un vistazo a la rutina y empieza cuanto antes.
Expande el tórax
Este movimiento al abrir la caja pulmonar hace que la oxigenación sea mejor. Siéntate con las manos entrelazadas por adelante del cuerpo. Levanta los brazos al máximo a la vez que inspiras por la nariz. Baja los brazos de a poco delante de ti, exhalando por la boca.
Hincha el vientre
La respiración abdominal es saludable y eficaz tanto para los pulmones como para una buena oxigenación del cuerpo. Recuéstate boca arriba sobre una superficie plana. Coloca una mano en el pecho y la otra en el vientre para que sientas la respiración (verás como se infla el estómago, pero no eleves el pecho). Toma aire y nota como la mano se eleva y, después saca el aire por la boca.
Costillas elásticas
Gracias a este ejercicio vas a generar movimiento en las cotillas para expandir con más facilidad. Ponte de pie y toma aire por la nariz a la vez que comienzas a inclinar el cuerpo hacia la derecha, levantando el brazo izquierdo. Saca el aire por la boca mientras vas recuperando la posición. Mantén las rodillas un poco flexionadas y dirige la mirada hacia donde está el brazo estirado. Regresa a la posición inicial y hazlo del lado contrario
Así que no eches en saco roto y haz que los pulmones estén lo suficientemente fuertes para garantizar una respiración óptima a la vez que oxigenas mejor tu cuerpo. Práctica estos ejercicios a diario y repite 10 veces cada uno para que te sientas mejor y notes la diferencia cuanto antes.