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Cuando empiezas a notar que tienes la típica arruga en el entrecejo, lo primero que tienes que entender es que esto no aparece tanto por el paso del tiempo, sino que más bien es una cuestión de hábito, es decir un mal uso de los músculos de la frente (fruncimos el entrecejo porque estamos preocupados, enojados o porque al pasar muchas horas frente a la computadora forzamos la vista). Son gestos automáticos que hacen que los músculos de la zona de los ojos y la frente se contraigan, creando un surco desagradable que ninguna crema antiarrugas puede ayudar del todo. La clave está en cambiar esa respuesta muscular por medio de estos ejercicios. Así que presta atención a esta rutina para que puedas realizarla cuanto antes.
Calentamiento
Con la ayuda de las manos frota el entrecejo generando calor a la piel. Sigue la línea de expresión frotándola con la yema del dedo pulgar o con el mayor de abajo hacia arriba y para terminar masajea las sienes, trata de estirar la piel de a poco.
Relajación
Con la zona tibia, frota con las manos entre sí para calentarlas y aplica las palmas sobre el ceño durante 30 segundos. Respira para ayudar a aflojar los músculos del resto de la cara. Repite el ejercicio dos veces más.
Presión
Para tonificar la zona presiona con tres dedos a los lados del entrecejo, sobre el hueso de las cejas. Intenta fruncir el entrecejo y vas a ver que no se forman las arrugas. Este ejercicio fortalece el músculo depresor de las cejas y el músculo piramidal de la nariz. Realiza 3 series de 10 segundos.
Recuerda que además de seguir estos ejercicios, es aconsejable incluir un momento de relajación, ya sea con Yoga, running, baile, meditación o cualquier actividad que te resulte placentera. La alegría es el mejor antiarrugas.