El mindfulness es una técnica de intervención psicológica que se centra en una atención más consciente. Se encuentra entre las llamadas terapia de la tercera generación del modelo psicológico cognitivo-conductual, abriendo puertas a nuevas estrategias para el tratamiento por trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Asimismo, se han hecho estudios que avalan la eficacia de la práctica mindfulness en el niño y adolescentes.
Mindfulness para niños y adolescentes
La infancia es una etapa sensible en la que pueden generar traumas que luego serán difíciles de superar. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Florida reveló que, los eventos estresantes impactan en la salud de los niños. Investigadores analizaron los datos de casi 96,000 niños y las situaciones estresantes que habían vivido, desde violencia familiar hasta el divorcio de los padres y problemas de salud. Los niños expuestos a 3 o más eventos estresantes tienen más probabilidades de padecer problemas físicos y trastornos psicológicos o del aprendizaje.
El mindfulness es una especie de escudo protector no solo a nivel psicológico, sino que a nivel cerebral es capaz de frenar los efectos negativos de situaciones adversas. De hecho, se ha comprobado que el mindfulness provoca cambios considerables en la autorregulación, mejorando las funciones cognitivas de los niños. Es por ello que a continuación te damos a conocer un par de ejercicios de mindfulness que podrían ser de gran ayuda.
Ejercicio de escuchar la campana
Se trata de un ejercicio mindfulness clásico para los niños, el cuerpo promueve la concentración en el aquí y el ahora, prestando atención pero sin juzgar. El niño debe sentarse relajado mientras tú te colocas a su espalda a una distancia de 10 pasos. Explícale que escuchará un sonido y debe prestar atención y hacer un gesto cuando comienza escucharlo y otro gesto cuando no lo oiga. Lo ideal es que el sonido empiece muy bajo, mientras va subiendo el volumen de a poco durante 30 segundos para luego atenuarse.
Ejercicio con molinillo
Este ejercicio es sencillo y divertido, para ir enseñándole al niño a respirar y centrarse en el presente. Toma 2 molinillos, uno para ti y uno para el niño. Sentados con la espalda recta y el cuerpo relajado uno al lado del otro. El niño debe soplar el molinillo con respiraciones largas. Explícale que debe soplar el molinillo con respiración cortas y rápidas. Luego pídele que sople el molinillo con normalidad y se fije en sus sensaciones.
Ejercicio de imitar la rana
El objetivo de esta técnica es enseñar a los niños a respirar de manera profunda. De hecho, se trata de una técnica básica, ya que la respiración es primordial para practicar otros ejercicios de mindfulness. Este ejercicio consiste en imitar a una rana. Sentados uno frente al otro, habrá que respirar como una rana. Es decir, tomar aire por la nariz mientras infla el abdomen, para luego soltarlo suavemente por la boca.
Así que no esperes más y empieza enseñar a tu niño mindfulness, seguramente le ayudarás a regularse emocionalmente y encontrar su calma interior.
Imagen: educaciontrespuntocero