Cada vez más y más personas somos aficionadas a hacer las cosas por uno mismo (DIY). Pero tampoco nos limitamos en el ámbito de la moda, y es que se ha vuelto tan popular en el plano de la belleza que ya hasta tenemos nuestros favoritos. Desde rodajas de pepino en los ojos, pasando por tratamientos con frutos o huevo y mayonesa hasta lavarse el pelo con cerveza. Pero realizar las mascarillas en casa y con productos comestibles, no significa que sean seguras. He aquí un ejemplo de ello.
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio se utiliza mezclado con otros ingredientes que funciona como un exfoliante corporal. Pero el pH extremadamente alcalino hace que proliferen infecciones con cierto tipo de bacterias. Siendo el primer síntoma de una irritación.
Azúcar
El azúcar en el cuerpo y los labios se utiliza como exfoliante. Pero toda mezcla que lleva azúcar podría causar heridas en la piel y dañar la barrera protectora, ya que se abusa de la fricción.
Lavanda
El aceite de lavanda se emplea para perfumar y como calmante en muchas fórmulas caseras. Sin embargo, esto puede provocar hiperpigmentación o manchas en la piel, por un elevado contenido de cumarina.
Zumo de limón
Este cítrico suele emplearse para blanquear, pero tiene un pH ácido que puede a llegar alterar la capa protectora de la piel.
Otro factor que podría poner en jaque nuestra salud de la piel, son las condiciones higiénicas. Para formular y mezclar se requiere que los instrumentos estén completamente desinfectados para minimizar el riesgo de contaminación. Pero aunque exista mucha limpieza, siempre es importante recurrir a un conservante para mantener la receta estable por un tiempo prolongado.
Eso sí, así que habría que poner especial cuidado en los ingredientes que utilizamos y cómo los manipulamos para que puedan evitar cualquier peligro en la salud de la piel.
Imagen: embarazo10