Las personas activas que siguen un entrenamiento constante no están exentas a enfermarse, por lo que de algún modo están sujetas al consumo de medicamentos. Sin embargo, cuando se va al médico es primordial hacerle saber sobre la actividad física que se lleva a cabo, ya que con la ingesta de fármacos puede alterar el funcionamiento y, por ende, el desempeño.
Antibióticos fluoroquinolones
Son aquellos que tratan las infecciones bacterianas. Así que el tomar antibióticos de esta familia como levoflaxacino, floxacino, norfloxacina y ciprofloxacino van a a triplicar el riesgo a tener una lesión en el tobillo y tendón de aquiles, ya que provoca una debilidad muscular.
Antiinflamatorios
Son aquellos que ayudan a aminorar el dolor. Si se llegase a consumir antes de realizar una carrera, puede deteriorar la función de los riñones y, con ello, una deshidratación.
Antidepresivos tricíclicos
Son aquellos que son recetados para ayudar a tratar la depresión. Estos medicamentos aceleran el ritmo cardíaco, lo que puede causar sentirse cansado antes de poder llegar a la meta. Incluso pueden provocar mareos y retraso en la conducción eléctrica del corazón, provocando latidos irregulares.
Antihistamínicos
Son aquellos que ayudan a acabar con la congestión y el flujo nasal, así como para lagrimeo de ojos, todos ellos síntomas de una gripa o alergias. Dentro de los inconvenientes que pudiera existir al consumir este medicamento es que minimiza el ritmo cardíaco y puede que el corazón trabaje a tope, haciendo que las carreras suaves sean un gran desafío difícil de alcanzar.
Si bien, algunos medicamentos pueden causar ciertos efectos en el organismo que impide llevar la práctica deportiva al 100%. Recuerda que no es dejar de tomarlos si padeces alguna enfermedad, más bien es tomar las precauciones si es que el ejercicio está presente. Y para ello es mejor platicarlo con el especialista para ir a la segura ¿Te ha sucedido algo similar? si es así, qué medidas llevas acabo.