La cistitis o inflamación en el interior de la vejiga por lo regular se debe a la bacteria procedente del intestino, la cual se introduce a través de la uretra y se multiplica para seguir su camino hacia la vejiga, los uréteres e incluso hasta llegar a los riñones. La bacteria Escherichia colli es la que suele causar la cistitis.
Sin embargo, existen situaciones por las cuales se tiene mayor riesgo a padecer infecciones en las vías urinarias como al tomar antibiótico, predisposición, ingesta insuficiente de agua o líquidos y el estreñimiento. Pero para que pueda causar una infección, primero debe colonizar la orina de la vejiga y después producir una respuesta inflamatoria en la mucosa vesical. Y son las mujeres las más propensas a padecerlas debido a la proximidad del ano, la vagina y el orificio de la uretra. Si la infección no se atiende rápido, puede quedar en estado latente y provocar una recaída después.
Combatir la cistitis con arándano
Hay distintos tratamientos a base de ingredientes naturales que se utilizan para tratar las cistitis como el aceite de orégano, el buchú y la gayuba. Sin embargo, para la prevención lo ideal es consumir el extracto o zumo de arándanos.
Los componentes de dicho fruto reducen en la capacidad de adhesión de las bacterias en el tracto urinario. Al intervenir en dicha adherencia, las probabilidades de colonización de la bacteria se minimizan. En caso de infección se deberán tomar dos cápsulas de arándano rojo que equivale a 2 g de zumo concentrado tres veces al día antes de las comidas por un periodo de seis días. Una vez superada la infección, se puede seguir consumiendo una o dos cápsulas al día durante dos o tres meses para evitar el riesgo de recaídas.
Aunque este producto es compatible con cualquier fármaco y no presenta ningún efecto secundario, lo mejor es acudir con el médico para que pueda valorar todo al respecto y, con ello, ir a la segura con el tratamiento.