Se ha demostrado que el estrés es capaz de somatizarse de varias formas en el cuerpo, y quizás de las más comunes y que preocupan, es la caída del cabello. La pérdida del pelo es un proceso normal que se dan a lo largo de la vida. El cuerpo muda alrededor de unos 100 cabellos al día, lo que se considera normal. Sin embargo, en situaciones de estrés, la caída del cabello puede llegar a aumentar de manera significativa. Y aunque existen remedios, tratamientos y cirugías para revertir el problema. Lo mejor es aplicar unas sencillas medidas para que ante estas situaciones complicadas, se pueda prevenir la caída del cabello.
Medidas a seguir
La mayoría de las personas piensan que cuando el cabello comienza a caerse más de lo habitual, el siguiente paso es la calvicie. Pero esto no tiene porque ser así, ya que muchas veces la pérdida del cabello está arraigada al estrés y puede combatirse tomando el control. Por ello sigue estas medidas cuanto antes:
Alimentación balanceada. La alimentación es parte clave para el cuidado de la salud de forma integral. Asimismo, una alimentación sin nutrientes tiene una relación con la pérdida del cabello. Por ello habría que mantener una alimentación balanceada, rica en nutrientes, evitando grasas saturadas y comidas chatarra que generan un incremento del estrés y, con ello, una perdida de pelo.
Mantener una salud mental sana. La caída del cabello que se asocia al estrés tiene que tratarse de raíz. Aliviar el estrés va a ayudar a prevenir y solucionar el problema de la pérdida capilar. Así que es primordial identificar la situación que está provocando el estrés, ya sea una relación, un hecho específico que ocurrió en el pasado y seguimos arrastrando. Este punto no es fácil, por lo que habría que tomar al otro por los cuernos para cambiar todo ello, así que una terapia puede ayudar a dejar fluir lo negativo o preocupante. Lo importante es hacernos cargo de nuestra salud mental para que exista ese cambio radical que ayude a parar la caída del cabello.
Cuidados del cabello. La cabeza es un área muy sensible y, por ello, requiere una serie de cuidados. Al momento de cepillarnos el cabello, es mejor con peines con separaciones anchas, evitando los peines de púas gruesas y rígidos. De la misma forma, es primordial no tener el cuero cabelludo reseco. Las gorras solo deberán usarse si es estrictamente necesario, ya que el abuso de ellas provoca poca oxigenación.
Ahora bien, si notas que la pérdida de cabello es severa, no dudes en acudir con el especialista para que pueda valorar la situación.