Conforme pasa la edad, el organismo responde de forma menos eficaz para combatir enfermedades a las que está expuesto. Es por ello que el envejecimiento inmunológico incrementa los riesgos de sufrir afecciones. El proceso no es del todo irreversible, pero los buenos hábitos y estilo de vida saludable ayudan a las personas a tener un buen funcionamiento del sistema inmune en edades avanzadas. Así que habría que ayudar a revertir o atenuar dicho envejecimiento inmunológico desde ya.
Consejos para combatir el envejecimiento inmunológico
Es posible minimizar los riesgos relacionados con el envejecimiento inmunológico para que afecte lo menos posible. En este sentido, existen varios aspectos que debemos atender y se relacionan con el cuarteto fundamental: ejercicio, emociones, hábitos y alimentación.
- Dieta saludable. Si bien, no existe evidencias de que una dieta saludable minimice el envejecimiento inmunológico, si hay mucha en el sentido contrario. Esto quiere decir que un alto consumo de grasas trans, harinas refinadas y azúcares contribuyen a la aparición de enfermedades. Y mientras más nos enfermemos, más estaremos agotando la capacidad del cuerpo para recuperarse.
Una alimentación balanceada ayuda a mantener un peso adecuado. En los adultos mayores, la grasa que se llega a acumular puede tener un efecto negativo en relación con la inflamación crónica. Esto es un factor que se vincula con casi todas las afecciones de la vejez, desde la diabetes tipo dos hasta enfermedades cardiovasculares y cáncer. La inflamación crónica tiene un papel determinante en afecciones autoinmunes en adultos mayores.
- Actividad física. Investigaciones recientes señalan que el ejercicio tiene un efecto primordial en el mantenimiento del sistema inmune. Desde el punto de vista fisiológico, la explicación tiene que ver con el hecho de que el tejido muscular produce proteínas, denominadas mioquinas, las cuales ayudan a minimizar la inflamación a la vez que preserva la función inmunológica.
Incluso otros estudios demuestran evidencia de que las personas activas producen anticuerpos en respuesta a la vacunación, en comparación con los menos activos. Asimismo, el ejercicio resulta benéfico para protegernos de infecciones y otras afecciones crónicas que pueden contribuir con el debilitamiento de los sistemas. Por si fuera poco, el ejercicio libera el estrés y eleva los niveles de la hormona de la felicidad.
- Hábitos saludables. Los hábitos saludables incluyen el ejercicio, pero también el dormir bien. El descanso ayuda a recuperar y mantener los sistemas activos. Por otro lado, debemos evitar el consumo de sustancias que pueden llegar a alterar el organismo como cigarrillos, drogas, alcohol e incluso la cafeína en exceso. Esto se hace extensivo a la sobrecarga de trabajo, el estrés, las preocupaciones y las emociones negativas. Todo lo que produce un desequilibrio y nos enferma, afecta la capacidad del cuerpo para recuperarse y sanar, lo que influye en el sistema inmune.
Por ello, no debemos esperar la tercera edad para prevenir riesgos del envejecimiento inmunológico. Si se estás en la juventud o en edad adulta, hay que comenzar a cuidar el sistema inmune, ya que los beneficios serán a largo plazo e invaluables.
Imagen: gacetamedica