Las causas de la alergia alimentaria no están del todo claras, pero se van conociendo más elementos que juegan un papel importante. Uno de ellos es la piel, la cual puede ser la entrada para el desarrollo de alteraciones en el sistema inmune que se manifiesta en distintas partes del cuerpo.
Alergias alimentarias y su relación con la piel
El buen cuidado de la piel no son amortigua la aparición de arrugas y otros problemas estéticos, sino que además ayuda a prevenir infecciones y evitar el desarrollo de cáncer de piel, entre otras cuestiones. Pero ahora se incorpora un nuevo motivo para salvaguardar la integridad de este órgano extenso, previniendo las alergias alimentarias.
Aunque a primera vista no parece que exista una relación entre la capa externa del organismo y un problema que se vincula al aparato digestivo, la conexión existe y los resultados se han publicado en la revista Scientific Reports.
Los alérgenos, es decir, las proteínas que inducen la alergia no tienen nada especial, son proteínas normales. La cuestión era determinar qué es lo que lleva a que el cuerpo se rebele contra esas proteínas. Tratando de explicar cuál podría ser la relación, se ha descubierto que la alergia tiene un origen inmunológico parecido al de cualquier enfermedad autoinmune.
Recordemos que las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que el sistema de defensa del cuerpo ataca de manera equivocada las propias células y tejidos sanos. Con la alergia sucede algo similar. El sistema inmune reacciona frente a elementos que en realidad no resultan patógenos como puede ser ciertas proteínas de los alimentos y el polen.
El carácter de patología autoinmune de la alergia implica que, cuando alguien experimenta los síntomas, su enfermedad lleva gestándose por mucho tiempo y no puede explicar una única causa, sino que la piel juega un papel fundamental.
Hoy en día se desconoce por qué las personas desarrollan este tipo de alteración en el sistema inmune y otras no. Sin embargo, algunos de los consejos preventivos que pueden ofrecer son:
- Cuidar la piel e hidratarla de manera adecuada.
- Llevar una buena alimentación con un aporte de vitamina D, siendo esencial para las defensas y garantizar el óptimo funcionamiento del sistema inmune.
- Seguir una alimentación variada en los primeros años de vida, incluso la madre gestante para tener una menor probabilidad de tener reacciones adversas a los alimentos.
Aunque hoy en día no se tenga con certeza el por qué las alergias alimentarias provocan reacciones en la piel. Lo ideal es tratar de llevar una dieta equilibrada desde la infancia y ante cualquier situación en la piel, acudir con el especialista.
Imagen: aleteia