La piscina puede estar asociada a la diversión, a refrescarte y a pasar un lindo día en compañía de tus seres más queridos. Tal vez por este motivo cuando realizas algún tipo de actividad en el agua pareciera que no te estás esforzando. No obstante, los ejercicios acuáticos son una forma de actividad física intensa cuando se hacen bien. El agua actúa como medio de resistencia y reduce los efectos de la gravedad, así el cuerpo puede llevar a cabo movimientos distintos a los que puedes realizar sobre tierra, lo que ayuda a mejorar la flexibilidad. Asimismo, las actividades en el agua son de bajo impacto por lo que cuidan tu rodillas y cualquier persona puede llevar a cabo.
Beneficios de ejercitarse en el agua
Incrementa la resistencia cardiovascular, la flexibilidad y la fuerza.
Aumenta la circulación.
Ayuda a quemar la grasa corporal.
Rehabilita las articulaciones y los músculos en proceso de curación.
¿Qué ejercicios hacer?
Puedes nadar horizontalmente en la piscina, en el mar, en el lago o en el río en distintos estilos: rana, crol, espalda y pecho. También puedes hacer ejercicios en posición vertical como, por ejemplo, trotar en el agua, correr, hacer yoga acuático, hacer abdominales, entrenar la flexibilidad, etcétera.
La gimnasia acuática es un entrenamiento mucho más intenso y vigoroso que los ejercicios que se realizan cotidianamente en el agua. Corre en el borde de la parte profunda de la piscina con ayuda de un chaleco para flotar. Trata de que tus pies no toquen nunca el fondo. Mantén el cuerpo siempre en vertical y lleva tus hombros hacia atrás y la mirada hacia adelante. Utiliza tus pies para lanzar el agua hacia atrás y no remes con tus manos.
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