Semillas, harina y aceite son tan solo algunos de los productos que derivan de la chía, un alimento básico en las civilizaciones azteca y maya. La chía es una planta herbácea altamente demandada a nivel mundial, por lo que sus expectativas económicas se ven mejoradas. Asimismo, la chía es un alimento libre de gluten, ideal para personas celíacas. Continúa leyendo para conocer más sobre ella.
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Aportes nutricionales de la chía
La chía cuenta con un 40 por ciento de hidratos de carbono; de estos, el 3 por ciento es fibra soluble, el 33 por ciento fibra insoluble y el resto almidones esenciales. De su cultivo suelen aprovecharse sus semillas que pueden absorber agua hasta doce veces su propio peso, lo que genera que el organismo esté bien hidratado y que haya un balance electrolítico.
Estas características hacen que se produzca una barrera física durante la digestión para absorber rápidamente algunos hidratos de carbono, impidiendo que se transformen en azúcares simples. Estas semillas poseen siete veces más Omega3 que el salmón, cinco veces más calcio que la leche de vaca, tres veces más hierro que las espinacas, dos veces más proteína que cualquier otro tipo de semillas y dos veces la cantidad de potasio que contienen los plátanos.
Mascarilla y exfoliante de chía para rejuvenecer
Ninguna persona, sobre todo las mujeres, quiere aceptar los signos del envejecimiento, ya sea líneas de expresión, arrugas, manchas o cambio de coloración en la piel. Aunque aún no se conoce el secreto de la juventud eterna, la chía puede ayudar a retrasar el envejecimiento. Aquí te dejo dos maneras de usar la chía: como mascarilla y como exfoliante.
Mascarilla: parte por la mitad un aguacate y retírale el carozo. Saca la pulpa con ayuda de una cuchara y tritúralo. Agrégale unas cinco cucharadas de semillas de chía, seis gotas de zumo de limón y tres gotas de aceite de lavanda. Mezcla muy bien hasta obtener una preparación homogénea y esparce sobre el rostro con suaves masajes.
Exfoliante: mezcla una cucharada de zumo de limón con media taza de aceite de coco y dos cucharadas soperas de semillas de chía. Remoja el rostro con agua templada y aplica este exfoliante de chía. Deja actuar durante unos minutos hasta que se forme una especie de gel. Aclara con agua fría.
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¿Qué opinas sobre las propiedades de la chía? ¿Sabías que era tan beneficiosa para el organismo y para la piel? Deja tus comentarios y recuerda que en la categoría Nutrición podrás encontrar muchos post más para mejorar tu salud.