En estos últimos años, el consumo de harinas refinadas va en aumento de forma de desorbitante. A pesar de que no son saludables, la mayoría no puede resistirse a su consumo para calmar el apetito. Pero la ingesta de ellas se relaciona con enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad. La buena noticia es que se pueden sustituir por harinas saludables para ingerir de manera habitual.
Harina de garbanzo
La harina de garbanzo es rica en fibra, minerales, sustancias antioxidantes y proteínas de alta calidad. Cuenta con un índice glucémico bajo, por lo que se emplea en varias recetas a las cuales les va a aportar un sabor y textura únicos.
Harina de almendras
Es una harina con un aporte significativo de grasas saludables, proteínas y vitamina E. Resulta excelente para recetas de repostería y se puede usar para remplazar migas de pan. Lo único a considerar es que deberá almacenarse en refrigeración, sino aportará un sabor desagradable.
Harina de castaña
Es una harina que se caracteriza por un bajo contenido de grasa y un aporte considerable de carbohidratos complejos y proteínas. Además, es libre de gluten, cuenta con ácido fítico, sustancia vegetal a la que se le atribuyen propiedades digestivas y antioxidantes que ayudan a minimizar la absorción del colesterol. Contiene vitamina C, cobre, potasio y manganeso.
Harina de quinoa
La harina de quinoa contiene aminoácidos esenciales, minerales, proteínas y vitaminas que mejora la salud. Es fácil de preparar y puede sustituir a la harina tradicional para preparar recetas de pan, postres y bebidas.
Harina de coco
Es una harina que se obtiene de los restos de la pulpa de coco tras elaborar la leche. Es rica en fibra, por lo que se le considera un producto muy saludable. Aporta hasta 10 g de fibra, siendo superior a la de almendra. Gracias a su sabor es excelente para elaborar masa de pizza, bizcochos, tartas o panecillos.
Así que abre el panorama con estas propuestas naturales y empieza a realizar recetas sin exponer tu salud y la de tu familia.