La práctica regular de actividad física posee grandes beneficios para los diabéticos, ya que de esta forma es posible mejorar el control de la glucosa y evitar cualquier tipo de complicación. Muchas son las ventajas del ejercicio para la diabetes, pero para lograrlos es importante llevar a cabo al menos 30-45 minutos de ejercicio, 3 veces a la semana, de por vida. Los beneficios pueden percibirse desde el primer mes de clases, no obstante, para quemar grasas tendrás que incrementar la intensidad y la frecuencia a 5 días en la semana durante 60 minutos. Continúa leyendo para saber cómo evitar la hipoglucemia durante el ejercicio.
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Cómo impedir los síntomas de la hipoglucemia durante el ejercicio
Para evitar los síntomas de la hipoglucemia durante el ejercicio bebe un vaso de zumo de naranja recién exprimido, 30 minutos antes de iniciar la clase, si la última comida ha sido hace más de 2 horas. El mejor horario para entrenar es después de haber desayunado y hasta dos horas después de almorzar o merendar.
Durante el ejercicio bebe agua o alguna bebida isotónica para hidratarte y prevenir una variación en el azúcar en la sangre. En caso de que sientas náuseas, mareos o vértigo, confusión, sudoración excesiva o inestabilidad durante el ejercicio, detente, respira profundamente varias veces y bebe un vaso de zumo o come algún caramelo.
Ejercicios para diabéticos
Los diabéticos pueden llevar a cabo cualquier actividad física, siempre y cuando el nivel de glucosa en sangre sea menor a 250 y no tengas llagas en los pies o alguna afectación ocular. Si tienes esto último, evita hacer saltos. En caso de tener llagas en los pies, intenta con natación, ejercicios aeróbicos acuáticos o ciclismo.
Otros ejercicios para quienes no tienen complicaciones son caminar a paso ligero, entrenar con pesas, correr, hacer pilates, bailar, etcétera. Siempre que puedas has ejercicio en el horario en el que haya gente contigo, para evitar el riesgo de sufrir un episodio de hipoglucemia estando solo.
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Evita hacer ejercicio si la glucosa en sangre supera los 250 mg/dL. Tampoco debes entrenar después de haber bebido alcohol, o haber sufrido algún episodio de diarrea o vómitos, o en los momentos más calurosos del día.