Puede que una noche dormimos sin dolor y en la mañana siguiente ya no podemos ni mover el cuello a un lado, lo que se vuelve molesto. Así que quizás todos hemos experimentado algún episodio de torticolis en nuestra vida. La torticolis no es más que una contracción muscular prolongada en la región del cuello que genera dolor e incapacidad para moverse. La buena noticia es que para poder paliar los síntomas, aquí te muestro una serie de ejercicios que puedes hacer en cualquier momento y lugar.
Estiramiento de la nuca
Siéntate en una silla con la espalda recta. Lleva la barbilla hacia el pecho. Cruza las manos sobre la nuca y empuja sobre la cabeza durante unos segundos. Para regresar a la posición cero, haz fuerza con los brazos.
Respiración completa
La respiración tiene una gran influencia con el dolor de cuello. Así que es primordial llevarla a cabo de manera correcta para ayudar a relajar los músculos de la zona. Lo ideal es tomar aire desde el abdomen y luego prolongar la expiración, sintiendo como desciende en el pecho, las costillas y el abdomen.
Giro hacia atrás
Siéntate con la espalda recta y mete la barbilla para estirar la nuca. Gira el cuello por encima del hombro. Coloca una mano contra la barbilla y la otra mano en la nuca. Presiona con las manos para que la cabeza gire aún más.
Readaptación postural cervical
Presiona la parte de atrás de la cabeza contra una pared y mantenla así durante unos segundos. Intenta estirar la cabeza hacia el techo y descansa. Mantén la barbilla hacia adentro sin llevar la mirada el suelo.
Estiramiento del esternocleidomastoideo
Toma la clavícula y tira del hombro homolateral hacia abajo. Inclina la cabeza en dirección contraria de a poco hacia atrás a la vez que giras la barbilla hacia el lado de la clavícula. Mantén durante unos segundos.
Así que cuando sientas torticolis, empieza a realizar estos movimientos para que de a poco baje el dolor. Ahora que si las molestias persisten, acude con el médico para una valoración minuciosa.