Actualmente hay miles de dietas cuyo objetivo es la pérdida de peso. Algunos tienen un respaldo de gran valor con estudios que acreditan su funcionamiento. En cambio, otros suelen compartir objetivos básicos como promover saciedad, evitar la ingesta de alcohol, minimizar el consumo calórico. Sin embargo, la dieta hormonal no atesora ese reconocimiento, pero es promovida por un centenar de libros. Por lo que habría que profundizar en el tema para conocer más al respecto.
De qué trata
Según los fundamentos de la dieta hormonal que se recolectan de libros, es necesario tres principios para adelgazar y tener fuerza. El primero es eliminar de la dieta los alimentos tóxicos como el azúcar, la cafeína, la leche de vaca y los productos lácteos y, la carne roja e incrementar el consumo de vegetales, bebidas naturales a base de verduras, frutas, pescado, aves, productos lácteos derivados de la cabra y oveja. El segundo consiste en evitar alimentos procesados, artificiales, granos refinados y edulcorantes. Mientras que el tercer y último paso se debe incrementar la practica de ejercicio físico de resistencia, fuerza y cardio.
Así que las dieta hormonal no implica recomendaciones dietéticas negativas. Sin embargo, no está muy claro que se consiga un reequilibrio hormonal, más bien promueve la pérdida de peso basándose en directrices básicas de cualquier plan alimentario con un déficit calórico, buscando la saciedad e incrementando la actividad física. Pero no existe evidencia palpable de que al restablecer el equilibrio hormonal promueva la pérdida de grasa.
En conclusión, la dieta hormonal promueve los mismos consejos que otros planes dietéticos, pero con otro planteamiento. Es decir, que la alimentación se usa como reclamo hormonal que propicia el adelgazamiento con mecanismos que no tienen que ver con las hormonas.
Así que para someterse a un régimen alimenticio que ayude a perder unos cuantos kilos, no debe tomarse a la ligera. Lo ideal es acudir con el especialista que vaya de la mano con tu caso para que pueda decirte qué dieta debes seguir, según tu historial clínico y antecedes.