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Si necesitamos del uso de rodilleras por prescripción médica, seguramente no habrá ningún problema. La cuestión cambia cuando queremos recurrir a ellas aunque no sea estrictamente necesario. Es decir, simplemente quieres usarlas por precaución, pero sin haber sufrido ninguna lesión. Si bien es cierto, que es un soporte que te van a permitir levantar más kilos en un entrenamiento o ejecutar movimientos más sueltos. La musculatura que recubre la rodilla que se encarga de extenderla y flexionarla, podría terminar sufriendo las consecuencias.
Rodilleras para el ejercicio
Las rodilleras son un elemento terapéutico que las personas utilizan tras haber sufrido una lesión en la rodilla. De hecho, ayudan de forma significativa en su recuperación. Y es que cuando una persona sufre una lesión, lo lógico es que quiere recuperarse de forma rápida y completa. Pero en este proceso, la rodillera siempre será un complemento en el tratamiento médico.
Varios estudios señalan que entre el 30 % y 50 % de los deportistas se enfrentar algún tipo de lesión el primer año de entrenamiento. Y además, 1 de cada 4 lesiones tiene que ver con la rodilla, la parte del cuerpo que se considera más sensible para los deportistas. Las lesiones de rodilla se producen por una combinación de dos movimientos, la flexión que dar lugar a un bostezo articular y la rotación de la articulación femoro-tibial.
En conclusión, la rodillera no está contraindicada para usarla cada vez que hacemos ejercicio, pero a la larga podemos acabar perdiendo fuerza en la musculatura que rodea la rodilla, la cual se encarga de flexionar y extender. Así que si se usa una rodillera cuando no te hace falta, seguramente no vas a reducir tu riesgo de lesionarte, sino que vas aumentar la debilidad en los músculos. Y tú, ¿entrenas con rodillera por capricho, o bien, lo haces por un tema médico?. Cuéntanos tu experiencia que estamos atentos de saber cómo te va.