Existen varios tipos de hernias y suelen ser una de las causas más frecuentes, por lo que las personas no están del todo conformes para realizar algún ejercicio. Pero aunque esto no es impedimento para entrenar, ya que este es un aliado para mantener los músculos en forma, esto sigue siendo un tema de gran confusión. Así que habría que profundizar más en ello.
Qué es una hernia
La hernia se debe cuando hay un punto débil en la pared de los músculos. Lo que causa una abertura por medio de cual se desplaza a un tejido u órgano, lo que origina una especie de burbuja. Por lo regular ocurre cuando hay un sobreesferzo de algún tipo como cargar un objeto pesado, obesidad, diarrea, estreñimiento, estornudo o tos.
Existen varios tipos de hernias, pero las más comunes son:
Hiatal. Se ubica en la parte superior del estómago, la cual empuja la pared abdominal hacia el tórax. Además, puede causar reflujo y acidez.
Umbilical. Se da alrededor del ombligo, cuando el músculo que lo rodea no se cierra del todo. Aunque los síntomas pueden presentarse en edad adulta.
Inguinal. Se produce cuando una parte del intestino llega hasta el canal inguinal. Esta se detecta fácilmente porque aparece un bulto en la ingle.
Discal. Se da cuando una parte del disco de la columna se desplaza hacia la raíz nerviosa, lo que causa dolor, hormigueo e incluso pérdida de la sensibilidad.
Quirúrgica. Después de una cirugía puede generarse una hernia debido a una debilidad muscular que queda en la cicatriz o incisión.
El ejercicio y la hernia
Es importante tener claro que cada caso es diferente, por lo que una recomendación no aplica para todos. Así que habría que aclarar el tipo de hernia y el nivel de sintomatología para determinar cómo entrenar. Aunque a modo general, se debe priorizar los ejercicios que aumenten la activación de los glúteos, los abdominales y los músculos extensores de la columna.
Además, habría que evitar los abdominales tradicionales como los crunches o las flexiones que incrementan la presión de los discos intervertebrales. Asimismo, no se aconseja ejecutar ejercicios con cargas directas sobre la espalda. Es mejor concéntrase en una respiración, ya que una exhalación eficaz, aumenta la activación de los músculos abdominales. En los ejercicios de fuerza, incrementa de manera controlada las cargas, manteniendo una postura estable.
Pero recuerda que ante cualquier molestia, es preciso acudir con el médico para que valore la situación y, con ello, sepas qué hacer para ir a la segura.
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