Cuando has decidido entrenar en las mañanas, por lo regular acabas lidiando con las labores de casa, los pendientes y el desayuno, lo que se traduce en dejar todo a la deriva, incluyendo el mantenerte activo. Por ello, a continuación te muestro un par de trucos que impide que faltes a tu entrenamiento ¡Toma nota y aplícalos cuanto antes!
Alista tu ropa un día antes
Es primordial que cuando te levantes por la mañana, ya tengas listo tu bolso y cerca de la puerta para cuando suene el despertador solo te laves los dientes, te pongas tu ropa que ya has seleccionado y vayas a entrenar. Cuando menos te hagas preguntas y sepas bien lo que debes hacer, menos opciones tendrás de faltar al entrenamiento.
Mantén el despertador alejado de la cama
La tentación de pulsar el botón para posponer la alarma, puede ser mayor si tienes el despertador cerca de tu cama. Un truco que funciona muy bien, es el de mantener el despertador lejos de la cama para que tengas que pararte a apagarlo y, con ello, pongas manos a la obra para activarte.
Deja el desayuno listo
Es importante que no te pongas a elaborar un desayuno complicado por las mañanas. Así que si puedes tenerlo listo o que este sea sumamente fácil y rápido para dejarlo listo antes del entrenamiento, sería perfecto. Pierde el miedo a realizar platos y bebidas repletos de nutrientes con tan solo un par de ingredientes.
Anótate en una clase
La mayoría de gimnasios cuentan con clases colectivas desde muy temprano. Así que el simple hecho de comprometerte a una de esas clases, hará que pienses menos y actúes más. Otra alternativa es quedar con un amigo para entrenar por las mañanas ¡Seguro no vas a quedar mal!
Con el paso del tiempo, te aseguro que te levantarás sin ningún problema y no será un esfuerzo extra que cause pesadez, sino todo lo contrario.