Llevas un tiempo ejercitándote en la bici y notas que tu pie comienza a dormirse. Pero para comprobar si algo no va bien con tu transporte, verificas la altura del sillín y has cambiado de plantilla, pero el problema continúa. Y a la larga comienza a ser bastante molesto e incómodo. Así que para no darle más vueltas al asunto, es importante saber los motivos por los que sucede esto para arreglarlo cuanto antes.
Cala adelantada
Una cala adelantada podría generar adormecimiento en el pie. Si se ha verificado que la horma de las zapatillas es lo suficientemente ancha, lo siguiente que habría que checar es si la cala está situada correctamente. Contrario a lo que dice mucha gente, la cala bien colocada deberá estar encima de la cabeza del primer metatarsiano o juanete y no debe estar situado encima del eje del pedal. Este debe colocarse entre 7 y 10 milímetros adelante del mismo cuando se pone la viela y el pie en posición horizontal.
Zapatillas inadecuadas
En lo que respecta a las zapatillas, es preciso vigilar el ancho de las mismas, ya que esto puede ser el origen del problema debido a que hay un exceso de presión. Así que habría que comprobar que la zapatilla no ejerza ningún tipo de presión cuando estamos pedaleando. Ten en cuenta que si las zapatillas aprietan demasiado, esto no resulta para nada benéfico.
Metatarsalgia
Si después de corroborar que las zapatillas son las correctas y la cala está en la posición adecuada, lo más conveniente es acudir con un podólogo deportivo, sobre todo que tenga experiencia en el ciclismo. El profesional debe diagnosticar y solucionar el problema, ya que probablemente tendrá que sugerir algún tipo de plantilla para que corrija el apoyo del pie. Unas plantillas que proporcionen el apoyo del arco plantar correcto, va a reducir la sensación de adormecimiento de inmediato.
Así que no esperes a que el problema se agrave y sea más incómodo andar en bici. Cerciórate con cualquiera de estos puntos para poder darlo todo en el ciclismo sin causar una lesión.
Imagen: gastronosfera