El sedentarismo infantil es una realidad que se agrava conforme pasa el tiempo. Esa inactividad física refleja alarmantes estadísticas que se vienen registrando en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, este problema de salud pública es considerado de los más graves del siglo XXI y se calcula que alrededor de 42 millones de niños tienen sobrepeso en el planeta. Y es que las comodidades de la vida moderna como el andar en auto, usar el móvil o la computadora y jugar con las consolas no aporta nada a la práctica deportiva. Sin embargo, habría que tomar al toro por los cuernos para empezar a despertar al infante para que se ejercite.
El ejercicio en niños
En el Reino Unido, un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine reveló que hay una baja considerable en el tiempo que los niños dedican a ejercitarse y que esa caída se comienza a generar desde los 7 años. La OMS aconseja que entre los 5 y los 17 años se debería dedicar como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a elevada.
Si bien, el ejercicio aeróbico es lo ideal, también convendría incorporar como mínimo 3 veces por semana de ciertas actividades que refuercen los huesos y músculos. Los beneficios de la actividad física se reflejan en el cuerpo y la mente, por lo que no habría que haber escusas para evitarlo.
Y aunque los 60 minutos como mínimo es lo que se recomienda, en Finlandia se considera que debería ir más allá. Los niños finlandeses son reconocidos por estar entre los que están más en forma en Europa. Una de las razones, es porque ese país nórdico fue de los pioneros en la formación en los 40 de clínicas infantiles que se enfocaban en el desarrollo físico y el balance nutricional.
Más tarde, en los años 70 se introdujo un programa de salud para hacerle frente a uno de los peores índices de muertes que se vinculan con problemas del corazón. Así que una de las medidas fue pesar a los alumnos en el colegio anualmente, quedando almacenada en sus archivos escolares.
En concreto, uno como padre impulsa y motiva a los hijos a pasatiempos e intereses que precisen de un esfuerzo físico, ya que hará que todo ello rinda frutos en un futuro con el fin de evitar escenarios trágicos. ¿Y tú, cómo promueves el ejercicio en los niños?