Sea cual sea el entrenamiento, la realidad es que los músculos se ponen a temblar. Pero ¿acaso es malo, será que se está esforzando demasiado, o bien, el esfuerzo realizado es poco?. Así que para despejar cualquier duda, habría que analizar los motivos por lo que los músculos se ponen a temblar de manera descontrolada.
Fatiga
Después de un arduo entrenamiento o durante el mismo, ese temblor es la respuesta fisiológica a la fatiga y un indicador de que has alcanzado tu máxima intensidad. Así que es momento de bajar la intensidad y hacer un breve descanso e incluso parar el entrenamiento. Esta señal advierte que has llegado a una sobrecarga muscular.
Músculos poco entrenados
Que importante es cambiar la rutina y variar los ejercicios o las actividades deportivas. Si se incluye eso en tu día a día, rendirás más y habrá menor riesgo de lesiones, ya que trabajarás todos los grupos musculares. A veces aparecen los temblores cuando trabajas músculos que normalmente no utilizas.
Falta de minerales
Si hace falta potasio o sodio, que son los encargados de pensar y relajar el músculo, este no va a reaccionar como debe de ser y puede ocasionar calambres y temblores debido al agotamiento. Durante la práctica deportiva perdemos sales por medio del sudor sobre todo electrolitos. Así que un déficit de estos minerales puede llegar a comprometer la función normal de los músculos y la señal nerviosa del cerebro llegará desincronizada a las fibras musculares.
Deshidratación
Cuando el cuerpo tiene poco líquido, no solo produce cambios en los electrolitos, sino que también el tejido conectivo presenta dificultades para enviar señales del cerebro a las fibras musculares. Así que es importante comprender en qué consiste el balance hídrico para no deshidratarnos al momento de entrenar.
Acelerarse
En la mayoría de los entrenamientos uno se esfuerza al máximo. Sin embargo, cuando notas que los músculos tiemblan mucho, puede que te estés pasando. Llegar al máximo en cada ejercicio supone apresurarse, no avanzar, realizar mal los ejercicios y tener un mayor riesgo de lesiones. Así que cuando notes que durante un entrenamiento te tiemblan los músculos, lo primordial es retroceder.
En conclusión, si somos constantes en el entrenamiento y sabemos llevar una progresión adecuada, los temblores irán desapareciendo. Así que considera los motivos por los cuales puedes llegar a estar tembloroso para que le pongas remedio cuanto antes.
Imagen: snapfitness