Quizás, para muchos parezca una locura el correr en esos días fríos y oscuros del invierno, ya que ello podría complicar todo. Pero los vientos y las temperaturas extremas pueden ser un aliciente para que el entrenamiento sea más intenso y se ponga a tope las capacidades.
1. Usa la ropa adecuada
Ten en cuenta en llevar una primera capa de ropa que de preferencia que sea térmica y luego una exterior en forma de cortavientos de material nylon o algo parecido para prevenir un resfriado. Es primordial estar secos si es que la lluvia viene con todo para que la temperatura del cuerpo se mantenga. Incluso los guantes no pueden faltar.
2. Prepara las rutas
Es preciso tener los itinerarios correctos, dependiendo las condiciones climatológicas. Recuerda que no es lo mismo salir a correr en la primavera que hacerlo bajo la lluvia. Así que evita calzadas donde se formen charcos y de ser necesario refúgiate si el temporal comienza más intenso. Las apps son una gran herramienta que te van a ayudar a planificar las rutas e incluso compartirlas con tus compañeros.
3. Protege la piel
Al correr al aire libre, la piel está completamente expuesta a las inclemencias del tiempo (aire, lluvia, contaminación, etcétera), causando deshidratación con un exceso de radicales libres. Esto pasa porque los corredores tienden a perder grasa de la zona de la cara. Por tanto, es fundamental hidratar a fondo la piel del rostro, cuello y escote en los meses con mucho frío.
4. Lleva contigo elementos neón
La luz del invierno es muy pobre, sobre todo si hay la presencia de lluvia, haciendo que la visibilidad sea menor. Por lo que es de suma importancia llevar prendas deportivas con reflejos reflectantes, así como bandas brillantes en color rosa, amarillo, azul o naranja.
Así que si estás en buenas condiciones físicas, no dudes en sacarle provecho y entrena en el invierno. Tan solo toma estos consejos y nunca te rindas ¡No permitas que el frío te debilite!