Quizás, alguna vez has experimentado una tremendas ganas de dormir después de comer o mejor conocido como el “mal del puerco”. Pero el sentir un ligero cansancio tras la ingesta de comer es hasta cierto punto normal, ya que el proceso de digestión genera un descenso de la sangre de ciertos órganos y tejidos a la vez que hay un incremento de la misma en el sistema digestivo. Sin embargo, el sentir un cansancio extremo no es normal y puede ser un detonante de la anemia, el hipotiroidismo, la diabetes, las alergias alimentarias, las intolerancias y el estreñimiento.
A qué se debe el sueño
La somnolencia y la pesadez tras la ingesta de alimentos hipercalóricos se debe a varios factores, pero el principal es el hormonal, ya que se relacionan con la ingesta-saciedad con la leptina-grelina. Así que cuando se aumentan los niveles de grelina se tiene apetito y se busca que comer. Pero cuando aumenta la hormona leptina, tiene que ver con la saciedad.
La temperatura es otra causa que se vincula con el cansancio, ya que incrementa de manera ligera cuando se ha comido. Cabe señalar que el aumento de la temperatura corporal es un inductor natural del sueño. Por ello, aquellos lugares que acumulen calor se tendrá somnolencia excesiva.
Consejos para evitar un bajón significativo
- Evita comidas abundantes y, sobre todo, alimentos procesados.
- Realiza una correcta masticación para lograr triturar todo el alimento.
- Incorpora más vegetales en tu dieta diaria.
- Modera la ingesta de carbohidratos, sobre todo aquellos que son bajos en fibra, ya que podrían elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre.
- Evita alcohol y bebidas azucaradas.
- Mantente activo durante el día.
- Evita ambientes iluminados después de comer.
- Reparte los alimentos en 4 o 5 tiempos de comida.
- Obtén una buena hidratación con agua natural.
- Realiza una siesta de 20 minutos para favorecer la digestión y mejorar las funciones cognitivas.
Ahora que ya conoces qué es el mal del puerco, es recomendable llevar a acabo estos consejos para evitar un cansancio persistente. Pero no está demás acudir con el médico para una valoración minuciosa y, con ello, ir a la segura.