Existen dolores que te impiden correr. De hecho, se dice que al sentir una gran molestia es mejor parar y tomarse unos días, que soportar y terminar con una lesión que te saque de la jugada por varias semanas. Sin embargo, hay otros dolores que se pueden aliviar, ya que no son de gravedad.
Hombro tenso
Desacelera tu ritmo. Enseguida mira al frente y gira la cabeza 45˚ e inclina la cabeza hacia abajo. Con la mano izquierda ayuda a tirar de la cabeza hacia abajo. Mantén unos segundos, suelta y repite de 10 a 15 veces.
Rigidez en cuello
Habría que bajar el ritmo y mirar hacia al frente. Después acerca una oreja al hombro del mismo lado y tira con suavidad con la mano sobre la cabeza para ayudar a hacer el movimiento. Mantente así unos cuantos segundos, suelta y repite las veces que lo consideres necesario para quitar lo tenso del cuello.
Flato
Baja la velocidad y contrae el abdomen. Inclínate hacia adelante y al lado donde ubiques el dolor del flato. Presiona con fuerza con la mano en el punto de dolor. Ahora bien, si el dolor persiste, para y coloca los pies en la vertical de los hombros. Inclina el cuerpo hacia el flato y mantén unos cuantos segundos. Suelta y repite 10 veces o hasta sentir alivio.
Tensión en la zona lumbar
Sin dejar de correr, lleva el ombligo hacia adentro y hacia fuera para poder destensar los abdominales trasnversos. Pero sino baja el dolor, coloca las manos en las caderas e inclínate. Mantente en la postura dos segundos, suelta y repite 10 veces.
Calambre en el gemelo
Con la presencia del calambre no es necesario estirarlo de inmediato. Toma la punta del pie y llévalo hacia el tronco. Para incrementar la intensidad inclina el cuerpo hacia adelante. Mantente así durante 10 segundos y repite 10 veces o hasta que deje de haber tensión.
Así que nada te va a impedir que tu carrera se lleve a cabo. Por tanto, la siguiente vez que salgas a correr recuerda cómo recuperarte de estas molestias rápidamente. Ahora que si el dolor persiste, es mejor acudir con el médico para una valoración minuciosa.