Si tu objetivo es mantener un peso equilibrado y mejorar la salud, entonces lo más viable es que la alimentación que lleves a cabo sea equilibrada. Y aunque no es sencillo cambiar los hábitos alimentarios, quizás estas simpes recomendaciones te ayuden a lograr una mejor nutrición. Así que ábrete al cambio y deja que el organismo trabaje de forma adecuada.
1. Ingiere grasas buenas
Para una alimentación sana es necesario incorporar grasas buenas. Sin embargo, es primordial elegir aquellas grasas insaturadas en lugar de saturadas y trans. Las grasas insaturadas aportan una cantidad mínima de calorías, brindan vitaminas, oligoelementos y aminoácidos. Estas se encuentran presentes en alimentos saludables como los pescados grasos, el aguacate y los frutos secos.
2. Elige cereales integrales
Siempre se habla de un rechazo a los cereales si se quiere estar en forma. Pero los cereales integrales son una fuente principal de energía para el organismo. Además, cuentan con su aporte de fibra dietética que es clave para la salud cardíaca y digestiva. Por lo que son un alimento básico en la alimentación y se puede incluir en cualquier dieta.
3. Evita comidas procesadas
La clave para mantener una dieta saludable es evitar los alimentos procesados y pobres en nutrientes. Aunque pareciera una comida rápida para saciar el hambre, su contenido de azúcar, grasas y conservadores lo hacen dañinos y peligrosos. Así que habría eludir los embutidos, las golosinas, los productos enlatados, la comida chatarra, la bollería y las frituras.
4. Aumenta la ingesta de agua
El agua no cuenta con calorías y ayuda a complementar la alimentación. La ingesta diaria desintoxica el organismo a la vez que promueve una buena digestión, logra el equilibrio de líquidos y sales minerales y, mejora el funcionamiento renal.
5. Incrementa el consumo de frutas y vegetales
De los mejores aliados para tener una comida saludable son las frutas y los vegetales, ya que estos son bajos en calorías y una fuente importante de nutrientes esenciales. Incluso ayudan a inhibir el apetito y mantener las defensas activas.
Así que ahora te toca a ti hacer esos cambios de manera gradual para que al final del día no lo veas como una tortura. Pero si tienes alguna enfermedad específica u obesidad, es mejor acudir con el médico para que dependiendo tu situación pueda darte un programa alimenticio especial.