El dolor en el tobillo es un malestar que puede ocurrir repentinamente por un mal paso, o bien, de a poco debido a la debilidad y sobrecarga de una estructura en particular en el mismo. De igual forma, el dolor en esta articulación puede provocar que tu andar sea más lento y esto genere cierta desesperación. Por lo que habría que seguir estas recomendaciones para aliviar el dolor.
Función de la articulación
La articulación del tobillo está conformada por los huesos de la tibia, el peroné y el astrágalo. Estos huesos se articulan donde el pie se une a la extremidad inferior. Esta articulación soporta el peso y permite que el pie gire hacia adelante y hacia atrás. Las articulaciones que están debajo permiten que los movimientos sean de un lado al otro. Por lo tanto, el pie está diseñado para adaptarse a distintas superficies, pero los tobillos son los que ayudan a conectar esta superficie con el resto del cuerpo.
Así que el pie y el tobillo trabajan juntos para mantener una estabilidad y potencia para cuando quieras pararte o moverte. Son numerosos músculos, ligamentos y tendones que ayudan a estabilizar, absorber un choque, apoyar la articulación, así como para obtener la fuerza necesaria. Sin embargo, las lesiones en el tobillo pueden ocurrir en cualquier estructura cuando el cuerpo no esté adaptado o preparado para una carga. La carga repetida con un trabajo deficiente puede contribuir a la aparición de síndromes como tendinopatías y dolor.
El dolor en la articulación no desaparece por sí solo. Así que si el dolor persiste, lo ideal es acudir con el especialista lo antes posible. Ahora bien, si el dolor se presenta cuando hay una actividad o simplemente se siente un poco tambaleante, tendrás que estabilizar la articulación reforzando la fuerza para obtener el equilibrio.
Lograr estabilidad y fuerza
La mejor manera de ayudar a estabilizar un tobillo tambaleante, es intentando quedarse quieto. Esto ayuda a que los músculos trabajen juntos para encontrar el balance. Así que cuando los músculos de ambos lados del tobillo trabajen juntos y al mismo tiempo, se evita el movimiento y da como resultado un gran entrenamiento. Por tanto, intenta guardar el equilibrio sobre una pierna durante 30 segundos. Si sientes que este ejercicio es muy fácil, prueba con otros un poco más desafiantes. Por ejemplo, hazlo sobre una superficie inestable como un bosu o un foam roller, o bien, mueve la pierna opuesta adelante y a los lados y, luego hacia atrás. Haz 10 repeticiones para poder desafiar tu cuerpo.
Aunque no es fácil fortalecer el músculo que está débil, es un buen comienzo para aliviar el dolor. Así que inténtalo ya y ve la diferencia.