Son miles de razones por las que una dieta puede considerarse ineficaz y peligrosa, ya que la credibilidad de estos regímenes alimenticios son casi nulos y ponen en riesgo la salud. Sin embargo, la dieta DASH tiene un enfoque distinto, al ser una alimentación saludable, la cual está diseñada para ayudar a tratar o prevenir la presión arterial alta.
De qué trata la dieta Dash
La dieta Dash se refiere a las siglas Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión). Consiste en un patrón que tiene una serie de hábitos y alimentos saludables, sobre todo de productos lácteos bajos en grasa, frutas y verduras. También incluye un alto contenido en magnesio, calcio, fibra y potasio, grasas en porciones moderadas y un muy bajo aporte de grasas saturadas. Asimismo, la dieta dash rechaza aquellos que alimentos con azúcar libre y centra su atención en disminuir la ingesta de sal.
Por qué la ciencia la avala
La dieta DASH fue diseñada por especialistas para aquellos casos de hipertensión. Este régimen alimenticio se creó a partir de la relación alimentación-presión sanguínea, lo cual llevó a varios dietéticos y nutricionistas del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos a adentrarse a estos cambios dietéticos a medio plazo. A partir de ahí, los resultados obtuvieron un patrón nutricional positivo. A diferencia de otras dietas, no pretende adelgazar en un par de semanas de manera espontánea o casi milagrosa. Más bien, promete grandes beneficios para la salud. De tal forma, que los investigadores arrojaron los siguientes resultados. El someterse a este tipo de régimen contribuye a frenar y prevenir la hipertensión además de reducir la aparición de los cálculos renales. Otros aspectos importantes de dicha dieta, es que ayuda a controlar la diabetes y perder peso en combinación con el ejercicio. También se vincula con una mejora para la depresión y en la calidad de vida a nivel general.
En definitiva, la dieta dash promueve patrones de vida saludable, en los hábitos y la alimentación que podría encajar perfectamente en nuestras vidas sin que se lleve a los extremos o al aburrimiento. Así que ya es decisión de cada uno tomarla u olvidarse de ella, siempre y cuando el médico lo apruebe, según los antecedentes clínicos.