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Seguramente alguna vez has experimentado dolor en la cadera o en la zona lumbar. Sin embargo, pocas veces le damos la importancia a los pies y, es ahí, donde puede estar la razón de todo. Cuando estos están fuertes y flexibles podemos evitar molestias, ya que ayudan a moverte mejor y tener un buen rendimiento. Así que presta atención a los pies y realiza estos ejercicios.
Movimientos de dedos y rotación de tobillo
Ponte de pie o sentado con las piernas extendidas. Empieza por movilizar los dedos de los pies, seguido de rotaciones externas e internas del tobillo. También puedes flexionar el pie y la extensión del mismo, junto con el empeine y los dedos. Puede que al principio escuches algunos tronidos en los dedos del pie, pero conforme vayas tomando fuerza esto va a ir disminuyendo.
Masaje de gemelos
De forma controlada, pasa el foam roller por el conjunto de músculos que conforman los gemelos con el fin de mejorar el rango de movimiento y aumentar el riego sanguíneo y, con ello, oxigenar los músculos. Asimismo, con una pequeña pelota terapéutica o de tenis realiza masaje de la misma forma sobre la fascia plantar.
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Flexión de dedos
Movilizar el dedo gordo del pie ayuda a mejorar la flexibilidad y movilidad del mismo. Ponte de pie y mete el dedo gordo del pie, doblando la articulación. Mantén el tobillo, la rodilla y el talón alineados sobre los dedos. Asegura que la rodilla y el talón no se vayan hacia la derecha o izquierda. Puedes usar las manos si lo crees necesario.
Puente de glúteos a una pierna
Es de los mejores ejercicios para aprender a reclutar los glúteos a la vez que alivia el exceso de tensión producida por los flexores de cadera y los cuádriceps. Así que recuéstate boca arriba con los brazos a los lados de forma relajada y las palmas hacia arriba. Relaja los hombros y mantén una posición natural para que el peso quede repartido en la base de apoyo y los talones. Comienza a elevar el cuerpo, de modo que un pie quede al aire y el otro se apoye en la superficie durante unos segundos. Después baja de poco a la postura inicial y comienza de nuevo con el otro lado.
Recuerda que nuestro cuerpo es un edificio que debe construirse sobre cimientos fuertes y estables, para evitar que caiga. Así que no dejes de realizar esta rutina para fortalecer los pies.