Imagen: cmdsport
En la última década, se ha observado un incremento de la implementación de entrenamientos de fuerza en la práctica deportiva en niños y adolescentes. Pero si aún no tienes claro de qué trata, vayamos a conocer más al respecto para poder ir a la segura.
Qué es el entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza es un método de acondicionamiento físico capaz de progresar la capacidad del individuo para poder vencer una amplia gama de resistencias para tener una salud óptima, mejorar la aptitud así como un mayor rendimiento físico y/o deportivo. Se puede realizar con diferentes medios como el propio peso corporal, bandas elásticas, con mancuernas, con barras, con poleas, con balones medicinales, etc. Las formas de entrenamiento de la fuerza incluyen las actividades físicas que consisten en deportes, desplazamientos, actividades recreativas, juegos, educación física y ejercicio programado.
Entrenamiento de fuerza en niños y adolescentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que los niños y los adolescentes deben invertir al menos como 60 minutos diarios de actividad física de moderada a intensa, sobretodo ejercicios aeróbicos y actividades de fortalecimiento muscular y ósea al menos tres semanas.
Asimismo, la supervisión del entrenamiento de fuerza debe realizarse de forma adecuada con el personal calificado para minimizar riesgos de lesiones. Por tanto, se debe precisar la importancia de la técnica correcta, la progresión gradual de la carga así como apegarse a las normas de seguridad.
Beneficios
- Reduce el riesgo de lesiones en el deporte.
- Mejora el rendimiento deportivo.
- Incrementa la fuerza y la potencia de los músculos.
- Mejora el desempeño de las habilidades motoras
- Incrementa la sensibilidad a la insulina en adolescentes con sobrepeso u obesidad.
- Genera bienestar psicosocial.
- Aumenta la densidad mineral ósea.
- Mejorar la percepción de la imagen corporal e incrementa la confianza en sí mismo.
- Brinda mayor adherencia a la realización de actividad física de por vida.
- Mejora la función cardiovascular.
En conclusión, el entrenamiento de fuerza debe formar parte de los programas de acondicionamiento físico de niños y adolescentes. Pero es primordial priorizar los trabajos correlativos que apuntan no sólo mejorar la fuerza muscular, sino el resto de las habilidades motoras básicas, considerando la edad y el nivel de desarrollo del niño.