La fascia es una membrana blanca y fibrosa, que seguramente has visto cuando cocinas el pollo o el pavo. Esa piel traslúcida y fina aunque no resulta muy agradable a la primera vista, es muy importante. Está constituida por tejido conectivo, agua, fibras de colágeno, elastina y proteoglicanos. Su grosor es de 0,5 a 3 mm y tiene una capacidad deslizamiento y desplazamiento único.
En su conjunto, la fascia recubre todas las partes del cuerpo, músculos, tensores, huesos, cerebro y nervios ópticos. Y es que sin ella, el cuerpo no se podría sostener. Existen tres tipos de fascia, profunda, superficial y visceral. Esta red de fascias envuelve cada parte del cuerpo, desde el sistema nervioso hasta los órganos.
Ejercicios
Si los problemas de la fascia terminan con dolor, existen ciertos trucos para aliviarla. Es por ello que estos ejercicios puedes incorporarlos fácilmente a la rutina de entrenamiento para mejorar la movilidad y minimizar el riesgo de dolor en los músculos. El entrenamiento de la fascia toma tiempo, ya que tarda en adaptarse a la tensión física. Sin embargo, cuando el ejercicio es constante, las fibras que componen el tejido fascial irán cambiando progresivamente y se formará una nueva red de fascias.
Estiramientos. Lo primero que hay que hacer, es dedicar una sesión a los estiramientos en donde no trabajas un solo músculo, más bien un grupo muscular. Así que al estirar, haz ligeros movimientos de equilibrio para mejorar la movilidad de la fascia y, con ello, evitar lesiones.
Movilidad y flexibilidad. Para tener una mayor elasticidad, es importante trabajar la flexibilidad. Con esto se refuerza la movilidad y la producción de colágeno en el tejido fascial.
Automasaje. En general, los masajes ayudan a estimular los vasos sanguíneos y permiten mejorar la circulación de sangre. El masaje genera un efecto esponja en los vasos, lo cual mejora el movimiento de los fluidos a través de las fascias.
Yoga y pilates. Gracias a estas disciplinas, se puede obtener elasticidad con estiramientos complejos. Además, los ejercicios de Yoga y Pilates son excelentes para la fascia.
En conclusión, el ejercitar la fascia no lleva mucho tiempo y puedes integrarla fácilmente al entrenamiento habitual. Así que empieza hoy mismo, ya puede traer grandes recompensas.
Imagen: entrenamiento.com