La piel es el órgano más grande del cuerpo. Es el reflejo de la salud y el espejo de nuestras emociones que conecta con nuestro cerebro. Así que dependiendo de como nos sintamos, se puede manifestar en la piel. Por ello, el miedo, la felicidad, la tristeza y la ira son algunas de las emociones que se pueden trasladar a la piel. He aquí unos ejemplos.
Dermatitis atópica
La dermatitis atópica es un trastorno que causa enrojecimiento en la piel. Su relación con el estrés tiene evidencia en varios estudios. De manera que entre las alternativas de tratamiento se usa la psicoterapia como la bioretroalimentación, la psicoterapia dinámica breve y la terapia cognitivo-conductual.
Urticaria
Otro de los mejores ejemplos de la relación entre la piel y las emociones, es la urticaria. Más de la mitad de los episodios de este tipo no tienen una explicación, de forma que algunos expertos sugieren que el estrés tiene un papel protagónico. Pero no solo se puede desencadenar frente a estímulos del presente. Ciertas personas al enfrentarse a recuerdos que le evocan un abuso o una situación traumática del pasado, puede desarrollar esta condición cutánea.
Psoriasis
Los investigadores indican que un alto porcentaje de episodios de psoriasis se vinculan con una influencia psicológica. La relación entre estrés es muy paradójica, ya que este puede desencadenar como consecuencia de parecer la enfermedad. Los expertos aseguran que la mayoría de los diagnósticos de esta afección antes de los 40 años, se relaciona con el estrés.
Hiperhidrosis
La hiperhidrosis es una condición en la que los pacientes presentan sudoración excesiva. Con frecuencia se asocia al ejercicio o el incremento de la temperatura, pero investigaciones han demostrado que también se puede desencadenar por ansiedad o por estrés.
Así que habrá que aprender a interpretar el estado de nuestra salud a partir de lo que refleja la piel. Nuestras emociones están ligadas a muchas más enfermedades, por ello habría que procurar mantener el cuidado de la piel.
Imagen: centrolaser