El dolor de espalda es un compañero difícil de vencer. Y es que estudios afirman que, más del 50 % de las manifestaciones son dolores agudos en la zona baja de la espalda o lumbago. Esto se debe a varias razones como cargar cosas pesadas, lesiones musculares, malas posturas, sobrepeso incluso estrés emocional. Sin embargo, existen remedios que pueden aminorar las molestias.
Infusión de sauce blanco
El sauce blanco cuenta ácido salicílico, precursor del ácido acetil salicílico (aspirina), así que no hay mejor analgésico que esta planta. Para ello puede realizarse una infusión que puede beberse hasta 3 veces al día. Ahora bien, si se incorporan otras hierbas (menta, cola de caballo, milenrama, viburno) puede potenciar su acción. Para realizarla solo se debe poner un litro de agua con 2 cucharadas de corteza seca de sauce blanco y llevar al fuego hasta hervir. Apagar, dejar reposar unos minutos y servir.
Infusión de harpagofito
También conocido como uña del diablo o garra del diablo, es de las mejores plantas que posee efectos analgésicos, antiinflamatorios y antiespasmódicos. Originaria de África, la cual es reconocida por sus propiedades medicinales, ya que alivia los dolores, reduce el colesterol, mejora el movimiento y evita la arteriosclerosis. Para preparar la infusión es necesario calentar una taza de agua e incorporar la raíz del harpagofito, dejar 5 minutos, colar y servir.
Infusión de enebro
El enebro es una hierba medicinal con muchas virtudes para la salud. A modo de infusión, se puede obtener grandes resultados contra la artritis, la aparición de calambres, los dolores o problemas causados por un exceso de ejercicio. Para realizar la bebida solo es necesario picar 40 g de bayas de enebro y añadirlas a un litro de agua, dejar hervir, apagar, colar y servir.
Como verás, se ha demostrado que las plantas tienen una fuerza exponencial que pueden aniquilar el dolor de espalda más rápido de los que piensas. Así toma la mejor decisión antes de probar con medicamentos que pueden ser perjudiciales. Además, incluye algunas terapias para mejorar los síntomas como la acupuntura, la quiropráctica, la osteopatía o el Yoga.