El caminar, andar de un lado para otro e incluso correr puede provocar que nuestros pies pidan a gritos un descanso. Y es que es en la planta y los tendones donde existen receptores sensoriales que se conectan con el cuerpo por medio del sistema nervioso, por lo que cualquier tensión se refleja directamente en ellos. Sin embargo, unos cuantos ejercicios van a darle ese mimo a los pies para mantenerlos relajados y listos para la siguiente travesía.
Giros de la planta de pie
Párate sobre una colchoneta. Luego coloca una pelota en la zona media de la planta del pie y busca que quede cómoda. Enseguida pon el talón en el suelo y apóyalo bien. Comienza a dar giros leves mientras vas relajando de a poco cada parte del cuerpo. Repite el movimiento con el otro pie.
Peso sobre el pie
Siéntate y coloca una pelota en la zona media de la planta del pie. Toca con los dedos la superficie y enseguida deja caer suavemente el peso del cuerpo sobre ella durante unos cuantos segundos (sin que exista dolor). Repite el movimiento con el otro pie.
Recorrer sobre la pelota
Párate sobre una colchoneta. Coloca la pelota en el talón a la vez que llevas los dedos a la superficie El peso debe quedar apoyado en la parte de atrás del pie. Ahora comienza a caminar y ve llevando el peso del pie hacia adelante hasta que la pelota se recorra. Repite el movimiento con el otro pie.
Son ejercicios que no te van a llevar mucho tiempo, pero si podrán hacer la diferencia, ya que van a fortalecer los músculos, evitando que se cansen de forma rápida. Así que no dejes que la fatiga se apodere de tu cuerpo y comienza un día lleno de vitalidad con unos pies relajados. Solo ten en cuenta que debes ser constante y disfrutar el momento para que todo el cuerpo fluya a la perfección y, con ello, exista un equilibrio.
Ahora bien, todos estos movimientos pueden complementarse con masajes usando aceites, cremas o bálsamos, así como baños para que puedan mantener los pies frescos y tranquilos en un dos por tres.