Hoy en día existe una amplia variedad de aceites esenciales, todos ellos extraídos de productos 100% naturales como frutos, plantas y flores. Además, cuentan con grandes virtudes para usos cosméticos, los cuales ayudan a mantener la piel en buen estado. Pero como cada piel es totalmente distinta, existen aceites para todas ellas dependiendo la finalidad específica.
Aceite de jojoba
El aceite de jojoba ayuda a regular las pieles grasas que tienen un exceso de sebo y están afectadas por el acné. Asimismo, minimiza los indeseados brillos en la piel, ya que cuenta con una cantidad considerable de antioxidantes que previene la deshidratación de la epidermis aportando luminosidad y elasticidad a los tejidos.
Aceite de germen de trigo
Este aceite se recomienda para pieles maduras o con arrugas. Incluso para aquellas epidermis que han estado expuestas a cambios climáticos extremos (sol, viento, etcétera), aportando una mayor humectación a la vez que regenera las zonas afectadas.
Aceite de argán
Este aceite se emplea en la cosmética y para el cuidado del cabello. Siendo una solución realmente eficaz para pieles maduras que precisan detener el daño causado por el paso del tiempo, así como la oxidación, dando un aspecto más fresco a la vez que recupera elasticidad la piel.
Aceite de rosa mosqueta
El aceite de rosa de mosqueta es un regenerador por excelencia. Así que resulta un tratamiento ideal para tratar las estrías, las machas, las cicatrices y aquellas marcas que deja el acné sobre la piel.
Aceite de almendras dulces
El aceite de almendras dulces se emplea como base de muchos aceites esenciales para diluir sus efectos y que no sean nocivos. Sin embargo, al usarlo de forma aislada ayuda a pieles delicadas que sufren dermatitis, psoriasis, quemaduras y acelera su curación.
Los aceites vegetales cuentan con propiedades benéficas para la piel. Sin embargo, es conveniente usarlos sin que se expongan a radiaciones solares para evitar sufrir alteraciones y que esto sea contraproducente.