Si hay un padecimiento que cada vez está más presente en las personas es la diabetes tipo 2. Pero la buena noticia es que este trastorno responde bien a los cambios de alimentación y estilo de vida. En este sentido, la pérdida de peso puede tener un impacto positivo a dicha enfermedad. Aunado a lo anterior, la alimentación rica en minerales puede ayudar a controlar la diabetes.
Mineral vanadio aumenta la acción de la insulina
El vanadio es un mineral que mejora la acción de la insulina en personas que presentan diabetes. Un estudio realizado en personas con diabetes tipo 2 que tomaron 50 miligramos de vanadio 2 veces al día durante 4 semanas presentaron una reducción al 20% en los niveles de azúcar en la sangre.
Por si fuera poco, el vanadio también presenta un efecto similar al de la insulina, lo que ayuda a minimizar los niveles de azúcar en la sangre. Por lo que se recomienda empezar con 5 microgramos de sulfato de vanadio 3 veces al día con los alimentos y conforme se vean avances empezar a reducir la dosis.
Cabe mencionar que este mineral no le beneficia a todos. Algunas personas dicen estar más lúcidos y estables, pero en cambio otras presentan debilidad y confusión.
Mineral cromo promueve el buen funcionamiento de la insulina
La alimentación con el mineral cromo puede minimizar los niveles de azúcar en la sangre, mejorar la tolerancia a la glucosa y minimizar los niveles de insulina. El cromo ayuda a que la insulina trabaje mejor a la vez que se une a los receptores celulares de modo que las células puedan absorber la glucosa.
Así que para avalar lo anterior, un estudio documentó las grandes virtudes del cromo en las personas con diabetes tipo 2. En dicha investigación se dividió a 180 personas en 3 grupos. El primero recibió píldoras inactivas (placebos), el segundo grupo recibió 100 microgramos de picolinato de cromo para consumir 2 veces al día. Mientras que el tercer grupo recibió 500 microgramos de picolinato de cromo 2 veces al día. En conclusión, los grupos que ingirieron el mineral presentaron una reducción significativa en la hemoglobina glucosalida, que no es otra cosa que una medida del control del azúcar en la sangre y, por tanto, una baja en los niveles de insulina y del colesterol.
Así que lo mejor si presentas esta enfermedad, es acudir al médico para que con tus antecedentes pueda aconsejarte si eres apto para ello y cuál es la cantidad necesaria para que logres tener una mejora significativa.