Para la mayoría de personas el masticar es casi como un hábito que se da por automático. Meter el alimento a la boca, masticar y tragar, mientras se mira el móvil, se presta atención a la serie favorita o se está leyendo un libro es de lo más común. Sin embargo, casi siempre se tiende a comer rápido y de manera descuidada. Por ello, es importante saber cuáles son los beneficios de comer despacio para empezar a aplicarlo desde ya.
Beneficios de comer más lento
Regula los niveles de glucosa: si hay una buena digestión, las hormonas trabajan de forma pausada, lo que evita alteraciones en los niveles de glucosa. Por el contrario, ayuda a regularla de la mejor forma.
Mayor sensación de saciedad: desde que se empieza a comer, el estomago empieza a segregar grelina (hormona del hambre) que en conjunto con la leptina (hormona que regula la saciedad) envía la señal al estómago que está lleno. Este proceso suele durar alrededor de unos 20 minutos, por lo que el comer despacio da a tu cerebro el tiempo necesario para recibir esa señal.
Mantiene una salud bucal: el contacto de la saliva con el alimento contribuye a una lubricación correcta, lo que mejora la digestión. Incluso las encías se ejercitan al masticar y, mantiene los dientes y mandíbula fuertes.
Ayuda a mantener el peso a raya: al sentir saciedad durante las comidas principales, masticando despacio ayuda a comer con mesura y solo lo que necesitamos sin sentir hambre entre horas, lo que favorece a la báscula.
Favorece la digestión: Al masticar hace que el alimento se triture y, por ende, llegue al estómago sin gastar mucha energía. Así se trabaja de manera eficiente la descomposición de los alimentos.
Evita la presencia de gases: al tragar los alimentos poco masticados, el estómago se queda sin digerir cuando pasan al intestino. Ahí empieza el proceso de putrefacción, lo que causa flatulencias, gases e inflamación, entre otras molestias. Todo lo opuesto si se mastica de manera lenta.
Mejora los niveles de estrés: el masticar despacio ayuda al cuerpo a relajarse, así genera tranquilidad y calma, ayudando a bajar el estrés de manera rápida.
Recuerda que no hay que obsesionarse con contar las masticadas para saber que estamos haciéndolo bien. Más bien, es ser más consciente de triturar la comida un poco más para que resulte positivo para el organismo.