Ya sea por una mala postura o estar bajo situaciones de estrés constante, las descompensaciones musculares hacen que la zona cervical se vea afectada, por lo que hay presencia de dolor en el cuello, la espalda y los hombros. Pero esto no debería frenar tus tareas diarias, así que unos estiramientos son la clave para evitar la rigidez, mejorar la postura y evitar el dolor.
Cuello y muñecas
De pie, apóyate en la pared con las escápulas cerradas. Esto va a evitar que se tire de los hombros a la vez que se relaja las cervicales bajando la barbilla hacia el pecho. Incluso se puede aliviar al mover la cabeza de un lado al otro para poder descongestionar la zona.
Espalda
De pie, redondea la espalda hacia adelante y extiende los brazos al frente para estirar la parte posterior de la columna. Ahora hazlo a la inversa, es decir, extiende los brazos por detrás de la espalda para tirar del hombro y del pectoral.
Hombro
De pie, con la espalda pegada a la pared coloca los codos en un ángulo de 90˚ y rota. De tal manera que puedas destensar el rotador interno y activar el rotador externo (músculo antagónico del hombro que casi no se usa). Trabaja el hombro, ya que al no dar más de si, tiramos la espalda para poder completar el movimiento y, es ahí, donde se provocan las contracturas, el dolor de dorsal y los tirones.
Columna vertebral
Siéntate en el borde de una silla con la espalda erguida y los pies paralelos entre ellos. Entrelaza los dedos por encima de la nuca y acerca los codos lo más que puedas. Lleva el mentón hacia el pecho, siempre con la espalda recta. Tira levemente los hombros hacia atrás y haz 5 respiraciones nasales profundas y lentas.
Recuerda que la zona cervical es de las partes más sensibles del cuerpo que debe compaginar con el resto para tener una movilidad y, con ello, una buena estabilidad. Así que al hacer estiramientos, podrás evitar dolores, lesiones y patologías diversas.