Lavarte las manos con jabón es de las medidas de higiene básicas para prevenir enfermedades. Sin embargo, esta acción puede ser muy agresiva si se hace con mucha frecuencia, ya que los ingredientes tensioactivos presentes en los jabones ayudan a destruir los virus, pero también atacan los ácidos grasos y las bacterias benéficas para la piel. Así que a continuación te aconsejo cómo cuidarlas para evitar resequedad.
Cremas qué aportan buena protección
Existe una cantidad significativa de cremas de manos que están a tu alcance, ya sea en el escritorio de la oficina, en la mesa del dormitorio, en el bolso, en la cocina etc. Y es que resulta fundamental abastecernos de aquellas cremas que estén libres de sustancias nocivas, ya que estresan todavía más la piel.
La cosmética natural y ecológica siempre es la mejor opción, ya que aporta grasas naturales y aceites y, carece de emulsionantes que aumentan la permeabilidad de la piel haciéndola vulnerable a sustancias extrañas. Asimismo, los aceites y las grasas naturales se incorporan a la piel y evitan la deshidratación al actuar como una capa protectora.
Los aceites vegetales brindan a la piel valiosos ácidos grasos insaturados que logran dar elasticidad de la piel. Los aceites y las grasas más usadas en cremas para las manos son aceite de oliva, aceite de soja, aceite de coco, manteca de karité, aceite de jojoba, aceite de almendras y aceite de girasol.
Otros ingredientes activos en las cremas para manos sobre todo de la piel seca son el pantenol y la glicerina. La glicerina conserva la humedad de la piel mientras que el pantenol (vitamina B5) ayuda a calmar la piel irritada y favorece su hidratación.
Ahora bien, si no tienes una crema que tenga esos ingredientes, puedes recurrir a grandes aliados de la cocina. Tan sólo frota las manos con un poco de aceite de oliva, aceite de girasol o aceite de coco. Así que siempre considera que al lavar tus manos, el uso de una crema a base de ingredientes naturales marcará la diferencia al hidratarlas lo mejor posible.