La meditación es una práctica antigua que promueve la relajación, reduce el estrés, aumenta la concentración y la memoria y el estado anímico. Según estudios científicos, la meditación puede mejorar la ansiedad y la depresión, reforzar el sistema inmunológico y reducir los niveles de cortisol, la hormona asociada con el estrés. Pero ¿puede ayudarte a vivir más? Sigue leyendo para descubrirlo.
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De acuerdo una revisión de dos ensayos publicados en The American Jornal of Cardiology donde su objetivo era examinar los efectos de la meditación en la mortalidad, el primer grupo inspeccionado tenía hipertensión leve con una edad promedio de 81 años, mientras que el segundo grupo estaba conformado por adultos de aproximadamente 67 años de edad.
Los participantes se dividieron en tres grupos y a cada uno se les dio una instrucción en Mindfulness, Meditación trascendental y relajación muscular progresiva.
La meditación trascendental se basa en meditar durante 15 a 20 minutos, dos veces por día, sentado cómodamente con los ojos cerrados. El Mindfulness se centra en respirar y en dejar pasar los pensamientos y, la relajación muscular progresiva se basa en liberar gradualmente las tensiones en cada grupo muscular con el fin de promover la calma.Después de tres meses de ser analizados, el primer grupo demostró haber reducido la presión arterial significativamente en comparación con los otros grupos, pero lo más fascinante son los datos a largo plazo. Tras el seguimiento de estos participantes, la mitad de los participantes había fallecido.
Los resultados revelaron que después de 7 (hasta 19 años), quienes practicaban meditación trascendental tenían un 20 por ciento menos de probabilidades de morir por cualquier causa durante ese periodo de seguimiento y un 30 por ciento menos de probabilidades de contraer alguna enfermedad cardiovascular. Asimismo, tenían casi un 50 por ciento menos de probabilidades de morir de cáncer.
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Por tanto, los autores de la revisión llegaron a la conclusión de que los beneficios de la meditación son tan buenos como las terapias con medicamentos para la presión arterial elevada (sin efectos secundarios), aunque no aconsejan sustituirlos.
Imagen: thriveglobal