La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños que practiquen deporte al menos 60 minutos al día en actividades físicas de intensidad moderada a alta. Dichas actividades pueden ser ejercicios programados, juegos y educación. Pero además de ello, que vaya acompañado de hábitos saludables como seguir una dieta equilibrada basada en alimentos reales, potenciando frutas y verduras, proteínas de buena calidad y cereales integrales.
Alimentación infantil y el ejercicio
En cualquier dieta, es importante incluir alimentos saludables y variados. En el caso de los niños, los requerimientos son mayores. Sin embargo, habría que tener en cuenta el número de horas y la intensidad de la actividad que el niño realiza. No es saludable evitar grupos de alimentos, hacer ayunos o saltarse comidas, ya que puede causar problemas en los niveles de glucosa en sangre, siendo la glucosa vital para el cerebro y el músculo.
Al aumentar la transpiración, existen más posibilidades de deshidratación, por lo que el beber antes, durante y después del ejercicio es vital, es básico. La bebida más recomendable es el agua, aunque la combinación de agua con zumo de frutas puede ser una excelente idea para hidratar, ya que aporta vitaminas, minerales y una pequeña dosis de azúcar.
Es aconsejable comer de entre 2 y 4 horas antes de hacer ejercicio físico intenso. Si el estómago está lleno, el cuerpo usa gran parte de la energía en la digestión con menos energía para la actividad física. Incluso conviene evitar ingerir alimentos con hidratos de carbono de absorción rápida como los dulces o zumos, ya que brindan mucha energía que se agota muy rápido, dejando una sensación de fatiga.
Recomendaciones
Con el ajetreo diario, la mejor opción para un snack rápido son los batidos caseros que pueden aportar energía y nutrientes necesarios como un batido con leche o yogur, frutos rojos y copos de avena. A su vez, se aconseja adaptar un plan de alimentación, el lugar y la hora de las comidas principales y procurar no sobrecargar las comidas principales.
Así que es igual de importante mantener activo al peque como el que su alimentación sea la adecuada para rendir al máximo.