Quizás, alguna vez has escuchado o leído sobre los alimentos funcionales, pero si aún no tienes idea de qué se trata el término y que aporta a la salud, a continuación te explico todo al respecto para que vayas a la segura ¡Echa un vistazo a la lista de ejemplos!
Alimentos funcionales
La Academia Americana de Nutrición y Dietética define a un alimento funcional como aquel que ofrece un aporte significativo de nutrientes, lo que se traduce en beneficios adicionales a la salud que minimizan el riesgo a desarrollar alguna enfermedad.
La mayoría de los alimentos aportan al organismo los nutrientes para que puedan trabajar de manera óptima. Así que por definición todos quedarían bajo el rótulo de “funcionales”. Sin embargo, el gobierno japonés fue el primero en establecer una clasificación de alimentos llamados funcionales, ya sea modificados o convencionales. Aunque hasta el momento no existe una definición oficial del término.
En Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) clasifica a los alimentos como: alimentos modificados o enriquecidos, alimentos convencionales, alimentos medicinales y alimentos que corresponden a ciertas necesidades dietéticas. Y aunque todos los alimentos tienen su aporte particular a la dieta, existe un grupo que se ha ganado la reputación como alimentos funcionales.
El ajo es uno de los alimentos más usados en la cocina. Pero no solo se valora por su sabor, sino por su contenido de alicina que ayuda a minimizar la presión arterial, el colesterol y previene algunos tipos de cáncer.
Los pescados azules o grasos tienen un alto contenido en omega-3, el cual contribuye a reducir la inflamación de los vasos sanguíneos y las articulaciones, así como minimizar el riesgo de desarrollar condiciones crónicas como la artritis y mejorar las funciones cognitivas. Dentro de ellos se encuentran la sardina, el salmón, la caballa y el atún.
Las legumbres son una fuente de fibra, lo que se asocia con una buena salud del corazón y un mejor control de la diabetes. Entre las que se destacan están los guisantes, las lentejas, los frijoles y las habas.
Las almendras, los cacahuates y las nueces contienen antioxidantes y son ricos en ácidos grasos que benefician la salud del corazón.
Las bayas también son ricas en flavonoides y fibras, lo que se traduce en un control del colesterol y la salud cardíaca. Dentro de ellas sobresalen las moras, el arándano y las fresas/frutillas.
La avena es una excelente fuente de fibra soluble, la cual reduce los niveles de colesterol malo que contribuyen a una salud cardiaca óptima.
Ten en cuenta que en realidad si tu dieta es sana y equilibrada, los alimentos son funcionales. Por lo que no requieren de etiquetas especiales, ya que te estará proporcionando lo que requieres incluyendo vitaminas, minerales y demás nutrientes.