El Ginger ale es una gaseosa originaria de Inglaterra, la cual se prepara con agua, azúcar, jengibre y limón. Se usa en coctelería y se dice que es de las mejores compañeras del whisky. Sin embargo, si se bebe sola resulta un excelente remedio natural para varios males debido a sus múltiples propiedades. Y aunque se vende embotellado, esa opción no es del todo saludable. En cambio si se prepara, puede resultar con grandes virtudes para la salud.
Receta
Para realizar esta receta deberás ser paciente, pero valdrá la pena. En un recipiente vierte azúcar mascabado al gusto y ¼ de cucharadita de levadura en polvo. Mezcla hasta integrar por completo. Ralla la raíz de jengibre y reserva. Obtén el zumo de un limón y mézclalo con 2 cucharadas de jengibre rallado. Llena una jarra con agua fría y mezcla lo anterior.
Agrega la mezcla de levadura y agita para activar la levadura y que la carbonatación de la bebida siga su curso. Incorpora más agua y tapa. Coloca en un lugar templado durante 24 a 48 horas. Para corroborar que el Ginger ale está listo, aprieta la botella y si se hace fácilmente deberás dejarla reposar un poco más, ya que el gas hará que el recipiente se sienta más turgente al tacto. Al momento de abrir la botella, hazlo de a poco para liberar la presión.
Qué aporta
Esta bebida alivia malestares estomacales, favorece la digestión, alivia las náuseas y los vómitos. Por si fuera poco, calma la tos, es antiinflamatoria y antibiótica, ayuda a calmar los dolores musculares y estimula la circulación. Es antioxidante, antihistamínica, diurética y antiviral, por lo que combate los síntomas gripales y los resfriados.
Como te podrás dar cuenta, esta bebida cuenta con pocos ingredientes, pero son de gran valor nutrimental que ayudan a mantenerte sano. Así que bien vale la pena realizarla y beberla todo el tiempo. ¿Qué dices? ¿Te animas a probarla?
Imagen: bebermagazine