El tomate es un fruto con grandes beneficios para la salud. Además, resulta un alimento muy versátil, ya que puede prepararse fácilmente en sopas, ensaladas, guarnición o snack, entre muchos más. Pero muchas veces nos preguntamos, qué es mejor, el tomate fresco o el deshidratado. Así que para saber más al respecto, a continuación te mostramos sus diferencias.
Tomate fresco vs Tomate deshidratado
El tomate secado al sol o con técnicas modernas, va ganando más adeptos, ya que el sabor sin agua es más pronunciado, por lo que con menos cantidad se obtiene una gran satisfacción en boca.
El licopeno es un componente que ayuda a prevenir el cáncer de próstata y el tomate cuenta con una cantidad considerable. El licopeno se clasifica como un pigmento que se encuentra en mayor cantidad en tomates deshidratados, ya que durante su elaboración se incorpora grasa y esto ayuda en la absorción de los pigmentos.
En lo que respecta al potasio, es un nutriente que se encuentra en mayor porcentaje en la versión seca del fruto. La vitamina A brinda una óptima salud de los ojos. Así que una deficiencia en este nutriente, trae consigo problemas visuales como úlceras corneales, hinchazón de los párpados y hasta ceguera. La vitamina A está en un porcentaje de 1286 mcg en tomate seco y 833 mcg en tomate fresco.
El magnesio ayuda a mejorar la salud de los huesos, por lo que habría que asegurar que estos estén fuertes. Así que los tomates secados al sol contienen una mayor cantidad que los frescos. Para aquellos que desean perder algunos kilos de más, el tomate seco posee menos calorías que el fresco. El tomate fresco cuenta con 213 Kcal y tomate seco 18 kcal.
Ahora que conoces más sobre el tomate deshidratado y el tomate fresco, está en ti tomar la decisión de cuál versión ingerir. Solo ten en cuenta que el tomate resulta una gran apuesta por la salud.