Un entrenamiento físico no termina cuando acaba la rutina y es el primer error que se comete al ejercitarse. De ahí que surjan una serie de costumbres que por desconocimiento o simplemente porque las repetimos de otras personas condicionan los beneficios que se pueden llegar a obtener durante la actividad física. Así que vayamos a conocerlas para evitarlas desde ya.
No estirar
La clave después de un arduo entrenamiento, es regresar el cuerpo a la calma para relajar los músculos y estabilizar el sistema cardiorespiratorio. Este consiste en ejercicios de estiramiento suaves, también conocidos como estiramientos en descargas que son de baja intensidad. Lo mejor es ejecutarlos de una manera en que haya una tensión muscular mínima de 15 a 20 segundos y no más de dos por músculo.
No abrigarse
Las personas cuando sienten calor por el esfuerzo físico dejan de abrigarse. Pero eso puede llegar a afectar el organismo, ya que está trabajando para recuperarse del entrenamiento realizado, lo que puede provocar que las defensas bajen y se pueda contagiar o enfermar. Lo mejor es estar abrigado para mantener el calor corporal e irse enfriando mientras se realiza el calentamiento.
No fumar
Aunque es sabido que el fumar es dañino, el efecto se multiplica cuando se fuma al término de una actividad física, ya que todo el sistema respiratorio está más abierto y todo lo tóxico que aporta el tabaco entra con mayor facilidad a los pulmones y al organismo.
No hidratarse
Si eres de aquellas personas que no acostumbra a hidratarse durante el entrenamiento, entonces es necesario hacerlo al final, aunque lo recomendable es tener una fórmula de hidratación para antes, durante y después del ejercicio. Básicamente habría que hidratarse con agua o una bebida isotónica.
Caer en el sillón
Una rutina de ejercicios por más vigorosa que sea no logra contrarrestar el efecto negativo que provoca el estar sentado mucho tiempo, considerando el riesgo de sufrir enfermedades en el corazón o muerte prematura. Lo mejor es resistirse las ganas de caer en el sillón después de un duro entrenamiento. Al cuerpo habría que desacelerarlo progresivamente y, por ello, es mejor mantenerlo activo a un mínimo de intensidad.
Ahora que ya conoces todo lo que puede pasar con estos malos hábitos después del entrenamiento, empieza a modificarlos cuanto antes.
Imagen: enfemenino